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Historia
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De la Academia de Matemáticas de Barcelona al Colegio de Segovia
Retrato del capitán general Jorge Próspero
de Verboom y Verboom. Museo del
Ejército (Toledo)
zos que se destinan a servir a
S. M. en la marina.2
Además da una lista de jefes
del ejército que apoyaban
la Academia, como Prospero
Verboom director general de
los ingenieros militares; lista
en la que no figuran artilleros,
pese a ser él oficial de
artillería.
La Academia se benefició
de la Real Orden de 11 de
abril de 1722 por la que, de
acuerdo con el Reglamento
de la Artillería de 1710, el rey
disponía: que en las plazas
de Barzelona, Panplona, Badajoz
y Cadiz se establezcan
las escuelas de Mathematica
y enseñanza de la Artillería
y que a los quatro oficiales
que las han de dirigir y ha
de nombrar el Comandante
Gral. de la Artillería se les dé
por la thesoreria mor a cada
uno zinquenta doblones en
cada un año3.
De la escuela de Barcelona
se encargó el teniente de
Artillería Mateo Calabro, de
la de Pamplona el teniente de
Artillería Agustín Braus, de
la de Badajoz el igualmente
teniente de Artillería Fernando
Boscarelli y de la de Cádiz
el coronel de Artillería Francisco
Balbasor.4
La escuela de Pamplona
fracasó por falta de apoyo.
La de Badajoz se convirtió
en una escuela práctica de
artillería. La de Cádiz duró
algo más. Su catedrático,
Francisco Balbasor, era un
buen artillero; pero no tenía
experiencia como profesor ni
(2) Archivo General de Simancas Guerra
legajo 569 AGSGU leg. 569.
(3) AGSGU leg. 569.
(4) AGSGU leg. 569.
La fecha de su apertura
no está clara. En su Reglamento
de 1751 se dice
que existía «desde el año
de 1716». Pero las clases
comenzaron más tarde y
se suele dar como fecha
de inicio el año 1720.
tenía una buena formación
matemática. Publicó un libro
titulado La Campana de
Manfredonia (Sevilla, 1726),
en el que pretendía haber
descubierto la trisección del
ángulo, la inscripción del
heptágono, la duplicación
del cubo y la cuadratura
del círculo y, efectivamente,
ofrece muchas formas de resolver
esos problemas, pero
todas son erróneas. La academia
de Balbasor no tuvo
mucho éxito y debió cerrarse
en 1727.
La academia de Calabro,
por el contrario, mejoró y
se hizo famosa. Pero, con
la mayoría de sus alumnos
ingenieros o aspirantes a
serlo, su principal apoyo el
jefe de los ingenieros mili