390 dosier aspectos básicos
revista de aeronáutica y astronáutica / mayo 2021
– Ciberataques al sector aeroespacial con armas cibernéticas,
electrónicas o cinéticas.
– Ataque a infraestructuras críticas del sector aeroespacial
en los segmentos terrestre o aeroespacial.
– Espionaje aeroespacial.
– Terrorismo, en todas sus formas.
– Posible uso malintencionado de determinados avances
tecnológicos, como pueden ser los drones.
– En el corto y medio plazo, no obstante, la seguridad
de los sistemas espaciales estará fundamentalmente
sujeta a riesgos debidos al incremento de desechos
espaciales y a las radiaciones solares, que pueden
provocar la inutilización temporal o permanente de
los ingenios en órbita, provocando la paralización de
sistemas críticos para la seguridad y defensa o para la
economía nacional.
Con varias constelaciones de satélites desplegadas
y otras en proceso de despliegue, con un creciente
número de muy pequeños satélites o nanosatélites6,
o similares, lanzados a órbitas bajas terrestres (LEO7)
para aplicaciones de toda índole, la saturación en estas
órbitas puede ser intolerable. Una colisión, incluso
accidental, puede suponer una severa amenaza para el
resto de los objetos en órbita y dar origen a conflictos
internacionales de índole global.
Esta congestión y más que probable conflictividad
del espacio ultraterrestre, le convierte en un ámbito de
confrontación real entre las naciones, lo que las está
llevando a potenciar la observación del espacio mediante
un desarrollo progresivo de capacidades de
conocimiento de la situación espacial y de vigilancia y
seguimiento espacial (SSA/SST).
Contrarrestar esas amenazas exige estar dotado de
diferentes capacidades de detección, identificación, intervención
y neutralización óptimas, que permitan una
respuesta rápida y eficaz, mediante un sistema de mando
y control centralizado que facilite la toma de decisiones
que afecten al ámbito aeroespacial. Además, dado
que en los dominios aéreo y espacial se encuentra la
utilización de la tecnología más avanzada, se requiere
una apuesta decidida en las inversiones necesarias para
adquirir y utilizar esas capacidades.
Para hacer frente a las amenazas y desafíos antes descritos
es preciso reconocer que muchas de ellas se producen
fuera de los espacios de soberanía y jurisdicción
españoles, por lo que la respuesta se debe seleccionar
en función de las responsabilidades nacionales y de los
compromisos internacionales contraídos. Respuestas
que en nuestro país se han organizado en cinco líneas
de acción recogidas en la Estrategia de Seguridad Aeroespacial
Nacional8:
– Fomentar una actuación coordinada de todas las
administraciones públicas y departamentos con competencias
en el espacio aéreo y ultraterrestre que permita
establecer sinergias y abordar soluciones transversales.
– Fortalecer las capacidades de los organismos e instituciones
nacionales, tanto públicos como privados,
con competencias en estos ámbitos, para hacer frente
a las diversas amenazas y desafíos propios del espacio
aéreo y ultraterrestre.
– Desarrollar una política integral de ciberseguridad
aeroespacial, estableciendo canales específicos de distribución
de inteligencia sobre amenazas específicas e
incrementando las capacidades del sistema español de
seguimiento y vigilancia espacial.
– Impulsar un desarrollo normativo del uso civil del