revista de aeronáutica y astronáutica / mayo 2021
412 despliegue del AWACS en Turquía
El punto de partida no es sencillo,
pues se trata de una unidad donde
la movilidad de su personal resulta
vital y cuya composición reúne a
18 países tras la reincorporación de
Canadá. Ante este escenario cabría
pensar que el fracaso de las operaciones
aéreas está casi garantizado,
pero la realidad ha sido otra. La unidad,
desde la que opera el E-3A de
la OTAN o AWACS (Airborne-Early
Warning And Control System), ha
sido capaz de establecer medidas
encaminadas a engañar al virus y
operar así con relativa normalidad.
La norma básica adoptada por sus
tres escuadrones de vuelo (Escuadrón
1, Escuadrón 2 y ATS–Aircrew Training
Squadron o Escuadrón de Enseñanza),
fue la de implementar el concepto de
Hard Crews (HC) o tripulaciones fijas, es
decir, aquellas formadas siempre por
las mismas personas. El objetivo principal
de esta medida era minimizar el
contacto interpersonal, de modo que
si apareciese un caso positivo o probable
de COVID-19, únicamente sería
necesario aislar a la tripulación afectada
y no así al resto de componentes del
escuadrón. Adicionalmente, en caso
de que algún componente tuviese que
cambiar de tripulación, éste debía permanecer
al margen de las operaciones
aéreas durante el periodo de tiempo
establecido por el personal sanitario, a
efectos de confirmar la ausencia de síntomas
y evitar así el aislamiento de dos
tripulaciones a la vez.
Pero esta no fue la única medida
adoptada. Se implantó también el uso
de la mascarilla buconasal cada vez
que se realizasen desplazamientos en
el interior del avión y, especialmente,
cada vez que alguien ajeno a esa HC
accedía al mismo, ya fuera personal
de mantenimiento durante las operaciones
en tierra, o cualquier otro
representante del Componente E-3A
que tuviera previsto participar en esa
misión. Durante los momentos álgidos
de la pandemia, se llegó incluso a
clausurar el uso de la zona de descanso
del avión o galley.
A pesar de las circunstancias, el
objetivo seguía siendo el desarrollo
de las operaciones aéreas y la minimización
del impacto causado por
el virus. En particular, había que continuar
con la principal y única operación
de mantenimiento de la paz
(OMP) que desarrolla actualmente
la unidad: el apoyo a la coalición
internacional contra el grupo terrorista
ISIL mediante la Operación
Inherent Resolve. Y es que la Alianza
Atlántica supone un importante
punto de apoyo para esta, así como
una gran fuente de información, al
tiempo que muestra su determinación
para detener amenazas que
afecten a la seguridad colectiva.