Piña, más que grupo, de sargentos del Alcántara con un suboficial y un brigada (con una cruz los fallecidos)
comienzan el repliegue a Dar Drius.
Alto los caballos, contraorden, Berenguer
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ordena mantener la línea de
posiciones del río Kert.
Al alba se realiza la descubierta; una
sección da protección a la aguada,
poco después, al mando del capitán
Chicote, el 5.º, con una sección
del 4.º, sale a proteger la retirada de
la fuerza de Ain Kert. Los cazadores
atacaron donde el enemigo no podía
defenderse.
De nuevo, a mediodía, después del
rancho de la tropa, el Alcántara tiene
que salir a proteger la retirada de la
Fuerza de la posición de Chaif. Primo
de Rivera se pone al frente, tal y como
establece el Reglamento de Caballería
de 1910. Refieren que el combate
se desarrolló con orden y tranquilidad,
fue un verdadero espectáculo
de instrucción táctica, como si nada
anormal ocurriera. Combatieron
como si de instrucción se tratase
porque se habían instruido como si
de combate se tratase. Al regresar
al campamento los jinetes fueron
vitoreados con gritos de «Viva el Alcántara
y su teniente coronel».
La actuación de Primo de Rivera fue
valerosa, ejemplar y puso de manifiesto
su excelencia profesional. Referente
moral de los cazadores del
Alcántara 14, por esta acción recibió
la Laureada de San Fernando a título
póstumo, siendo desde entonces
referente de todos los componentes
del arma de caballería.
Mientras, los 60 cazadores del escuadrón
provisional se desplazan de
Batel a Tistutin y reciben orden de ir a
Segangan; sin embargo, una vez tienen
noticia de que el repliegue ha comenzado,
deciden esperar en Monte
Arruit; iniciativa.
Sobre las 13:00 horas, cuando los oficiales
se disponen a comer, se recibe
orden de despejar la carretera donde
el convoy que traslada heridos a Batel
está siendo atacado; los rebeldes
están apostados en las lomas de Dar
Azugaj. Primo de Rivera dirige nuevamente
la acción, solo que ahora el