REVISTA EJÉRCITO
N.º 963 EXTRAORDINARIO JUNIO
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de todos los tiempos, y los ejemplos
de abnegación, de valor y
entrega total al servicio de la Patria
y de sus compañeros se prodigan
….
A primeros de septiembre de 1921
se iniciaron las operaciones y en diciembre
esta maquinaria de guerra
había reconquistado todo el territorio,
sometido a la autoridad del sultán
a más de 10 000 guerreros y expulsado
al harca de Abd el Krim, que se
retiró a Axdir.
La labor protectora se cumplía con
eficiencia y en julio de 1922 Al Raisuni,
en la Yebala, y Abd el Krim, en
Alhucemas, se encontraban contra
las cuerdas. En esos meses las fuerzas
españolas consolidaron la batalla
aeroterrestre, un modelo que se emplearía
durante la II Guerra Mundial.
El coste total fue de 2400 bajas -de
ellas, unos 500 muertos-. Ello, unido
a los costes de las operaciones, llevó
al Gobierno a detener los avances,
repatriar a los expedicionarios e iniciar
las negociaciones de paz, unas
decisiones que permitieron a Al Raisuni
y a Abd el Krim tomar oxígeno.
EL DIRECTORIO MILITAR:
ABD EL KRIM CONTRA
FRANCIA
En 1923 el general Primo de Rivera
asumía el Gobierno de España y,
en una entrevista al ABC, declaraba:
«Marruecos no ha de costar más
sacrificios en hombres y dinero». El
general se planteó abandonar parte
del territorio ocupado en el protectorado
y replegarse a las proximidades
de las plazas, lo que requeriría un menor
esfuerzo en recursos humanos y
económicos.
En octubre de 1924 se ordenó el repliegue
en la zona occidental, que se
realizó con un coste de unas dos mil
bajas, en su mayoría legionarios y regulares.
Podría haber acabado en un
desastre similar al de julio de 1921,
pero ahora nuestras fuerzas no eran
los bisoños soldados de entonces.
Abd el Krim, ya proclamado emir del Rif,
aprovechó el repliegue para arrogarse
la expulsión del cristiano y enardecer
a sus súbditos. Sus tropas ocuparon
el territorio abandonado. El 14 de diciembre
Abd el Krim entraba en la ciudad
santa de Xauen, hacía prisionero a
Al Raisuni y sometía la Yebala.
En abril de 1925 el rifeño, reforzadas
sus tropas y crecido en su arrogancia,
atacó la línea francesa para incorporar
a su incipiente «república
rifeña» el rico valle del Uarga y establecer
su capital en la icónica ciudad
de Fez.
A finales de julio, las bajas galas
rondaban las 6000 -de ellas, más
de 2900 muertos- y habían caído
48 posiciones de las 66 que constituían
la línea. Los rifeños se apoderaron
de cincuenta y un cañones,
treinta y cinco morteros y unas doscientas
ametralladoras. El líder rifeño
amenazó Fez y Taza, que se salvaron
gracias a la llegada desde Argelia del
19.º Cuerpo del Ejército de Marcha.
En estas fechas, el ejército rifeño, organizado
sobre la base de más de dos
mil soldados «profesionales», podía
movilizar y encuadrar ochenta mil harqueños
(sesenta mil en la zona española
y veinte mil en la francesa). Contaba,
además, con cuadros europeos
que ejercían el mando de unidades o
formaban parte de su Estado Mayor.
DEL DESEMBARCO
DE ALHUCEMAS A LA
PACIFICACIÓN (1925-1927)
Ante la nueva situación, París y Madrid
decidieron cooperar, por lo que
el 25 de julio de 1925 se celebró la
Conferencia de Madrid. En ella, entre
otros asuntos, se acordó acometer un
desembarco en Alhucemas, donde
se encontraba el cuartel general de
Abd el Krim. La conferencia constituyó
el origen de las operaciones combinadas,
que se prolongarían hasta la
pacificación, en julio de 1927.
Primo de Rivera tenía pensado, planeado
y preparado el desembarco
antes de la celebración de la conferencia:
en 1924 adquirió veintiséis
barcazas K; en octubre creó el Batallón
Expedicionario de Infantería
de Marina, que fue destinado a Marruecos
en noviembre, y en marzo
de 1925 realizó un desembarco empleando
las K en Alcázarseguer. Ya
en verano se desarrolló un intensivo
programa de adiestramiento y los
procedimientos se mejoraron con diferentes
ensayos en playas de la Península
y Marruecos.
El plan estratégico recogió que, para
fijar fuerzas enemigas, se ejecutarían
simultáneamente al desembarco
tres avances: desde nuestras zonas
occidental y oriental y desde la zona
francesa. El desembarco se realizaría
en las playas de Ixdain y la Cebadilla,
al oeste de la Punta de los Frailes.
Para ocultarlo se desarrollarían dos
simulacros durante la marcha de las
columnas de Ceuta y Melilla en Uad
Lau y Sidi Dris, respectivamente. El
objetivo de la operación se fijó en
«ocupar una base de operaciones
desde la playa de la Cebadilla hasta
Adrar Seddun» para acoger un cuerpo
de veinte mil hombres.
El frente de desembarco, defendido
por unos once mil rifeños, se encontraba
fuertemente organizado con
trincheras y pozos de tirador, además
de medio centenar de ametralladoras,
cinco asentamientos de mortero
y nueve baterías de artillería con
más de veinte piezas y otra veintena
ocultas.
La operación la dirigió el propio Primo
de Rivera, presidente del directorio
y autonombrado alto comisario.
Probablemente haya sido la única vez
en la historia en que las direcciones
política, estratégica y operacional
hayan recaído sobre la misma persona.
Las fuerzas navales francesas
dependían directamente del mando
operacional.
El componente terrestre, al mando
del general Sanjurjo, lo constituían
19 514 efectivos organizados en
dos columnas: la del general Saro,