LA CABALLERÍA
DIVISIONARIA Y EL TORO
EN LA DEHESA
El propósito de este artículo es exponer la acción de la caballería divisionaria y resaltar
su contribución decisiva a las operaciones militares. El autor sostiene que las amenazas
de conflictos de alta intensidad con adversarios tecnológicamente avanzados, así como
el empleo eficiente de varias brigadas en un mismo escenario, requieren del escalón
división como unidad de empleo, y el Ejército de Tierra tiene en el regimiento de caballería
divisionario una capacidad única que será esencial en el empleo de esta gran unidad
Carlos Manuel Mendoza Pérez
Coronel de Caballería DEM
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El propósito de este artículo es exponer
la acción de caballería divisionaria
y resaltar su contribución decisiva
a las operaciones militares. Se ha evitado
deliberadamente el empleo profuso
de términos doctrinales y se ha
recurrido a símiles para dar una visión
sencilla y diferente en su planteamiento
del problema.
EL ESCALÓN DIVISIÓN EN EL
SIGLO XXI
¿Es relevante el escalón división en el
siglo xxi? ¿Lo es para España? La división
ha sido reivindicada en sucesivos
artículos en esta misma revista1.
Las amenazas de conflictos de alta
intensidad con adversarios tecnológicamente
avanzados se otean en el
horizonte; pocos discuten la importancia
de la división en este escenario.
La OTAN ha creado recientemente divisiones
multinacionales como parte
de sus renovados esfuerzos para aumentar
sus capacidades frente a este
tipo de adversarios. En términos más
generales, y desde una perspectiva
táctica elemental, cualquier ejército
que cuente con un número suficiente
de brigadas como unidad de cuenta
debe constituir un escalón superior
para emplearlas en operaciones que
requieran una entidad mayor. Lo contrario
significaría renunciar a este tipo
de operaciones, lo cual no parece el
grado de ambición propio de un ejército
con más de seis brigadas (¿solo
para rotar en una operación o dos de
nivel brigada?) ni acorde con las amenazas
en un futuro próximo. O bien supondría
renunciar a la posibilidad de
emplearlas de una manera tácticamente
efectiva, algo inasumible para
un ejército que aspira a la excelencia.
La GU división «multiplica» los efectos
de las acciones de sus brigadas
articulando una maniobra coordinada
y empleando sus elementos de apoyo
al combate en beneficio del conjunto.
Hace veinte años, cuando los países
occidentales eran capaces de generar
un número importante de divisiones,
se solía describir gráficamente la maniobra
de la división como «una vaca
en un pasillo», con una zona de acción
bien definida, encajonada entre otras
divisiones y con escasa capacidad de
maniobra, más propia del CE. Hoy parecería
más apropiado el símil de «un
toro en la dehesa», responsable de un
amplio espacio de batalla definido no
por frentes y fondos doctrinales sino
por la relación entre el teatro de operaciones
y la entidad de fuerzas desplegadas,
siempre insuficientes. Sin
embargo, la división debe asegurar
que sus brigadas, unidad de cuenta,