La expedición de Hernán Cortés, 1519
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que todas las metrópolis utilizaron
en sus conquistas ejércitos regulares
o, en su defecto, soldados indígenas
encuadrados por oficiales europeos.
Así ocurrió, entre otros casos, con la
Compañía Británica de las Indias o
con las colonizaciones francesa y alemana
en África.
En nuestro análisis realizaremos algunos
ejercicios de anacronismo al
comparar los logros del extremeño
con otros similares llevados a cabo
en otras épocas por grandes capitanes,
que también fueron decisivos en
su momento.
En este sentido, vemos que fue el
metelinense uno de los pocos estrategas
en la historia que no fue nunca
derrotado en combate. Este privilegio
lo compartió con Alejandro Magno y
Julio César, mientras que otros grandes
jefes militares sufrieron algún revés,
como Aníbal, El Gran Capitán y
Napoleón.
Vamos a analizar la conquista considerando
los tres principales ámbitos
de conducción de la guerra de mayor
a menor: el político, el estratégico y
el operacional o táctico, y para encuadrar
el tema comenzaremos por
afirmar que la campaña de México
fue un acto político, pues se sometió
un Estado, su dirección y estructuras
de gobierno, y se sustituyó por
otro. Para la consecución del objetivo
final tomó el conquistador una serie
de medidas políticas, como hizo,
por ejemplo, al ganar para su causa
el concurso de los pueblos sojuzgados
por los aztecas, dominadores y
enemigos declarados de aquellos.
En el campo estratégico se fijó como
objetivos la capital y la persona del
emperador mexica, y todo lo anterior
lo logró, a su vez, mediante brillantes
operaciones y victorias tácticas en
las diferentes acciones que se irán
comentando.
INTRODUCCIÓN
La aventura que nos ocupa adquiere
dimensiones espectaculares, pues
tuvo lugar en el plazo de tres años,
fue llevada a cabo por un contingente
inicial de medio millar de hombres
y 16 caballos, y finalizó con el sometimiento
de un imperio que ocupaba
unos 200 000 km² de superficie
y que tenía por entonces una población
de cerca de diez millones de habitantes,
que era hegemónico en la
región y hostil a los recién llegados y
que disponía de un ejército de combatientes
aguerridos y experimentados.
Comparando el aspecto temporal
con otros desarrollos históricos, debemos
tener en cuenta que Roma tardó
200 años en pacificar Hispania,
Carlomagno 32 en conquistar y someter
a los sajones, y que la Reconquista
cristiana de la península ibérica
se prolongó por espacio de casi ocho
siglos. Aquí nos encontramos con una
campaña llevada a cabo en menos de
tres años y con medios extraordinariamente
reducidos.
Son conocidos, y no se va a insistir en
ellos, el sistema de las capitulaciones,
encomiendas y la figura del adelantado,
aunque en este último concepto
Hernán Cortés se reveló como uno
un poco particular, porque actuó desde
el principio sin la autorización de
su superior, el gobernador de Cuba,
Diego Velázquez, ni la de la Corona, y
sin disponer de las habituales capitulaciones.
El de Medellín hemos dicho que, aunque
poseía una limitada experiencia
de combate, no era en absoluto un