DOCTRINA Y ARMAMENTO:
LA BATALLA DE OTUMBA
José María Sánchez de Toca Catalá
General de brigada de Infantería retirado
Cuando Cortés volvió a Tenochtitlán,
el 24 de junio de 1520, encontró la ciudad
alborotada porque Alvarado había
hecho degollar a un millar de nobles
mexicanos desarmados que celebraban
la fiesta de mayo. Cortés rogó a
Moctezuma que calmara al pueblo,
pero este le dijo que sería inútil: «Tarde
lo pides, castellano, pues ya han elegido
otro jefe». Efectivamente, cuando
Moctezuma salió a hablar al pueblo
le hirieron de muerte y el nuevo emperador
Cuitláhuac dejó claro a Cortés
que aunque cada español costara mil
La conquista de Tenochtitlán. Obra de autor anónimo
o diez mil vidas mexicas, le sobraban
reservas humanas.
Ahora la prioridad de Cortés no era
el imperio ni el oro, sino salvar a sus
hombres, los españoles y aliados indios
68 / Revista Ejército n.º 948 • abril 2020
sitiados en los palacios imperiales.
Tenochtitlán, la capital azteca, era un
admirable conjunto urbano de templos
y palacios rodeado por 100 000
casas con huertos flotantes, separadas
por acequias y enlazadas por
tablones, unido a tierra firme por
varias calzadas1. Las calzadas tenían
cortaduras con puentes para
facilitar la navegación y Cortés eligió
para la retirada la calzada a poniente
hacia Tacuba, que era la más
corta (3,6 kilómetros)2.
El 30 de junio de 1520 fue tormentoso
y los capitanes presionaron a
Cortés para emprender la retirada
esa misma noche. Cortés mandó hacer
un puente portátil, apartó del tesoro
el quinto del rey y autorizó a sus
hombres a tomar cuanto quisieran
del resto. A medianoche, las nubes
ocultaron la luna llena y hubo sucesivamente
granizo, lluvia y niebla. La
granizada apagó las lumbres encendidas
por los sitiadores y los obligó
a resguardarse. Entonces, los más
de 3000 hombres y mujeres de la
fuerza aliada salieron en columna y