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HISTORIA MILITAR DE LA GUERRA CIVIL EN MADRID - FUENTES PRIMARIAS -

se abre paso, hacia Madrid, un coche del Ministerio de la Guerra, precedido de 5 motoristas, con varios personajes paisanos, acompañados de un Jefe de EM de uniforme, que piden paso en nombre del Cuartel General, lo cual les es concedido. Este hecho, presenciado por los que huían, produce la máxima excitación, completamente injustificada, puesto que el EM estaba en sus puestos de mando, cumpliendo con su deber, y que no abandonaron hasta el último trance y el último momento. El Jefe de EM, por orden mía, pasa a reconocer la retaguardia, para elegir posiciones de defensa, pareciéndole las más apropiadas en los alrededores del km 96. Continua hasta Santa Olalla, para comunicar conmigo y pedir al Comité de dicho pueblo un servicio en la carretera, armado, que, a partir de dicho km 96, no dejara pasar absolutamente ninguna fuerza armada. Las comunicaciones estaban cortadas con Talavera, en vista de lo cual volvió hacia el km 96 para organizar la defensa, produciéndose incidentes entre las tropas en huida y dicho Jefe que, protegido por la Directiva de la CNT, tuvo que retirarse hacia Madrid en donde informó al Subsecretario de lo que estaba ocurriendo en Talavera. Entre tanto, me reuní con los presidentes de las Agrupaciones políticas, a quienes informé de la situación y de mis propósitos de establecer una línea, a retaguardia del pueblo, con consistencia suficiente para que pudiera entrar en acción ofensiva. Se acercaba la una de la tarde. Los teléfonos estaban cortados. El bombardeo era incesante, tanto de aviación como de artillería. Los Jefes de EM, que actuaban en las trincheras, no tenían comunicación con el Mando que recibía la noticia de que se desalojaban las trincheras y las fuerzas retrocedían precipitadamente en dirección a Madrid, sin que el Mando dispusiese de otras tropas para oponerse a esa marcha. El puesto de mando estaba localizado por la aviación enemiga. Para dar moral a los pocos oficiales que permanecían conmigo, subí a la parte alta del edificio, con el Capitán Castroviejo, para conferenciar, aun sabiendo que esas comunicaciones no existían. En ese momento di orden de recoger los documentos necesarios y, en unión de los Oficiales, nos trasladamos a las afueras de Talavera, al puente del Alberche, con el fin de realizar una última intentona de constituir un frente de resistencia, enlazándolo con la línea de resistencia de Santa Olalla. Así se hizo y, con toda lentitud, se salió de Talavera, conversando con los fugitivos y los vecinos de la población, llegando al puente hacia las 2 la tarde. Allí di orden al Capitán Castroviejo de trasladarse inmediatamente a Santa Olalla e informase telefónicamente al Ministro para saber si podía contarse con nuevas fuerzas para constituir una defensa adecuada en el puente. El Ministro respondió que esas fuerzas vendrían, pero no inmediatamente, aunque con la mayor rapidez posible, indicando la necesidad de mi presencia en Santa Olalla, desde cuyo teléfono me puse en relación directa con el Ministro y convinimos mi llegada a Madrid para posteriores resoluciones. Realizada mi presentación al Ministro, se consideró que no era necesaria mi presencia en la Columna que tenía mando en relación de su importancia. A las cuatro y media de la madrugada fui despertado telefónicamente para incorporarme a un Consejillo. Como consecuencia de esta reunión se acordó la constitución de una fuerte Columna, con fuerzas procedentes de otros sectores que, naturalmente, quedaron al FUENTES PRIMARIAS No está permitida la reproducción total o parcial de este documento por ningún medio, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright 818


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