García-Torres J.
lación (Figura 1) y circunscrita a esa zona, no existiendo otras
lesiones en ninguna otra parte de la cavidad oral.
El paciente no refiere ningún otro tipo de síntoma. Se realiza
una historia clínica en la que el paciente no refiere ningún tipo de
lesión oral previa, tipo herpes, lesiones aftosas o desordenes mu-cosos.
Tampoco refiere ningún tipo de enfermedad sistémica que
pudiera tener repercusión oral. Lo más reseñable de la historia
clínica, es que el paciente toma regularmente una serie de com-plejos
vitamínicos y complementos nutricionales (Calcium Zinc
Magnesium®) para aumentar el rendimiento físico en el gimna-sio.
No está tomando ninguna medicación y no existen alergias.
Se hace el diagnóstico diferencial con el liquen plano, pero
es muy extraño que no se vea afectada con una zona queratósi-ca
otra parte de la mucosa oral. Además, la ausencia de bordes
blanquecinos-amarillos de aspecto reticular en el liquen plano
ayuda a descartar estas lesiones. Se descarta también el lupus
eritematoso al no haber lesiones cutáneas ni la clásica erupción
en alas de mariposa en el área malar y nariz. Por último, también
se descarta la candidiasis oral ya que se frota la zona lesionada
con una gasa y no se desprende dejando una zona eritematosa.
Se insiste en si el paciente ha tomado alguna medicación, ya
que, durante el despliegue en la Operación ATALANTA, en las
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zonas de riesgo, se recomienda la toma de Malarone®, que puede
cursar con lesiones a nivel oral3. A pesar de que en la fecha está
recomendado por el equipo médico la toma del antimalárico, el
paciente insiste en no haberlo tomado, por lo que se descarta que
la lesión esté relacionada con el medicamento.
Se observa en los dientes 35, 36 y 37 con obturaciones de
amalgama de plata. La primera intervención que se realiza, va
orientada en este sentido, al existir una posible relación de cau-salidad
entre las obturaciones y la lesión lingual. El diagnóstico
de presunción es úlcera traumática. Se realiza un pulido y ajus-te
de las obturaciones y se pautan enjuagues de clorhexidina al
0,12% durante una semana.
Una semana después, el 26 de octubre, el paciente acude a
consulta y se observa una gran mejoría, desapareciendo casi con
totalidad la lesión (Figura 2). La zona se observa todavía ligera-mente
lisa y brillante, pero claramente el proceso de curación es
favorable en este punto. No se observan lesiones en otras zonas
de la lengua.
El 12 de noviembre, el paciente acude a consulta citado para
la obturación de una pieza dentaria, y al observar la lengua, se
vuelve a apreciar una lesión, del mismo tipo que la descrita en la
figura 1, pero difiere ligeramente en tamaño y posición. La nue-va
lesión es más estrecha, y se presenta con lesiones «satélites»
más pequeñas y hacia el borde anterior de la lengua (Figura 3).
Al ser el mismo tipo de lesión, pero en diferente localización, se
empieza a sospechar, tras un diagnóstico diferencial con otras
patologías, que sea una lengua geográfica.
Llegados a este punto se decide realizar una analítica para
valorar posibles alteraciones sistémicas, siendo una anemia lo
que puede relacionarse más fácilmente con lesiones de este tipo
en la lengua. Se sospecha de una anemia ya que el paciente cuida
excesivamente su alimentación para mantener su forma física,
idea corroborada por los complejos vitamínicos que ingiere. Al
contar en durante despliegue en la misión, con un farmacéutico
analista, los resultados los podemos tener el mismo día. Una vez
obtenidos los resultados de la analítica, se observa que todos los
valores están dentro de los parámetros considerados normales,
por lo que se ha de descartar esta idea.
Al no existir dolor, ni molestias, ni picazón, se pauta un tra-tamiento
de Clorhexidina al 0,12% dos veces al día durante una
semana.
Figura 1. Lesión inicial. 19/10/2018.
Figura 2. Lesión una semana después del tto. inicial. 26/10/2018.
Figura 3. Reaparición de la lesión. 12/11/2018.