de exclusión. Los agricultores, regantes,
empaquetadores, comerciantes y empresarios
llegan hasta las plantaciones a
bordo de dos de las tres embarcaciones
LCM 1E. «A finales de enero alcanzamos
la cifra de 3.000 civiles embarcados»,
apunta la teniente de navío Elena Villar, al
frente del destacamento desde el 27 de
diciembre. Aunque el número de efectivos
se ha reducido de 29 a 21 militares, los
tres turnos de transporte diario se mantienen.
«Cada mañana se nos autoriza el
traslado de hasta 240 personas, pero en
realidad embarcan entre 80 y 90 y nunca
más de 100, como marca el protocolo
COVID para mantener las distancias de
seguridad a bordo», explica. «No sabemos
hasta cuando estaremos aquí, pero
es casi seguro que no habrá un tercer relevo
», señala la teniente de navío Villar.
La Armada también participó en la
emergencia con el buque de acción marítima
(BAM) Tornado que, a principios de
octubre, trasladó hasta Puerto Naos el
material requerido para la instalación de
las dos desaladoras que atienden la demanda
de agua de los cultivos en la zona
de exclusión.
Posteriormente, el buque hidrográfico
Malaspina embarcó dos sismógrafos de
fondo marino de banda ancha del Real Observatorio
de la Armada para su fondeo en
la costa de poniente de La Palma, mientras
que el 2 de noviembre, de nuevo el
Tornado, alcanzaba el puerto de Tazacorte
UME
con un equipo de reconocimiento formado
por buceadores del Mando de Canarias y
miembros del Grupo Naval de Playa y del
Tercio de Armada, encargado del estudio
de las condiciones de la costa y de sus fondos
marinos que permitieran la navegación
y la varada en la playa de las lanchas LCM
1E. Por último, el 13 de diciembre, el BAM
Relámpago trasladó a un equipo de científicos
españoles y alemanes cuya finalidad
fue desplegar diez sismómetros oceánicos
de fondo para el estudio de la dinámica de
la erupción del volcán.
OBSERVACIÓN Y OPERACIONES AÉREAS
Desde el inicio de la actividad sísmica, el
Centro de Sistemas Aeroespaciales de
Observación (CESAEROB) elaboró para la
Unidad Militar de Emergencias un informe
semanal de seguimiento basado en las
imágenes radar obtenidas por el satélite
español Paz que permitió mantener actualizada
en todo momento la evolución de
las coladas. El documento incluía, además,
el estudio puntual sobre las posibles
direcciones de avance que podrían tomar
las riadas de lava basándose en el análisis
de la orografía del terreno. El CESAEROB
depende funcionalmente del Centro de Inteligencia
de las Fuerzas Armadas (CIFAS)
y, orgánicamente, del Ejército del Aire.
Las operaciones aéreas también han
sido fundamentales en la emergencia de
La Palma. Personal y medios materiales
han sido transportados a bordo de Airbus
A400M, CN-235 o C-212, tanto desde
la península como desde el archipiélago
canario. En ocasiones, algunos de esos
vuelos no estuvieron exentos de dificultades,
debido a la ceniza en suspensión y la
lava, como recordó la ministra de Defensa,
Margarita Robles, en su visita al Ala 46 el
pasado 3 de enero para agradecer a sus
miembros su intervención ante la erupción
del volcán.
Esta unidad también protagonizó otro
tipo de acciones como el traslado en las
primeras semanas de la emergencia de
una treintena de niños del valle de Aridane
a Gran Canaria para alejarlos durante un
tiempo de la tragedia que ellos y sus familias
estaban padeciendo. Además de visitar
las instalaciones de la base de Gando,
los escolares participaron en la elaboración
de un calendario solidario a beneficio
de los damnificados de Cumbre Vieja.
Por otra parte, en el inicio de la crisis,
el Ejército del Aire desplegó tres hidroaviones
Canadair CL-215 del 43 Grupo ante
el riesgo de incendios forestales. Dos de
las aeronaves regresaron de inmediato a
la península y una tercera permaneció en
la isla durante un breve periodo de tiempo
más sin que fuera necesario su empleo.
Aseguran los científicos que el volcán
de Cumbre Vieja se encuentra «aletargado
» y que la emergencia persiste, ahora es
de nivel 2, por los riesgos asociados a las
concentraciones de gases y ceniza. «La
erupción de un volcán era una emergencia
poco probable, pero teníamos preparado
un plan de contingencia», destacaba
el comandante Ángel Luis Fernández, jefe
de operaciones de la UME en La Palma a
finales del pasado año, refiriéndose a que
era la primera vez que la unidad intervenía
en una crisis de este tipo. Una situación a
la que no se habían enfrentado tampoco
el resto de las Fuerzas Armadas que acudieron
en ayuda de la población de la isla.
José Luis Expósito
Las Fuerzas
Armadas han
apoyado a la
población por
tierra, mar y aire
Febrero 2022 Revista Española de Defensa 23