CIENCIA Y TECNOLOGÍA
El Centro de Astrobiología del CSIC-INTA participa en dos
de sus cuatro instrumentos
España viaja en el
telescopio James Webb
Marianna Annunziatella
Astrofísica e investigadora del CAB (CSIC-INTA)
ES una verdad universalmente aceptada que el ser humano
siempre está en búsqueda de respuestas a las preguntas
que desde el principio han caracterizado su misma existencia.
¿Cómo se originó el Universo? ¿Cómo nació la
vida en la Tierra? ¿Estamos solos en el Universo?
A principios de los años noventa, los astrofísicos de todo el mundo
se enfrentaron a una de las piedras angulares de la investigación astronómica:
el lanzamiento del telescopio espacial Hubble. Desde entonces,
Hubble ha sido capaz de capturar imágenes fantásticas del
Universo lejano, en regiones del espacio que antes se creían vacías.
El ser humano siempre quiere superar sus límites. En cuanto Hubble
empezó a funcionar correctamente, los científicos se pusieron
a trabajar en un nuevo proyecto, un instrumento para poder mirar
más lejos e intentar llegar al origen del Universo que conocemos.
Así empezó la planificación del telescopio espacial James Webb
(JWST, por sus siglas en inglés). El diseño y la realización de este
telescopio lleva casi treinta años y ha costado casi diez mil millones
de dólares.
Finalmente, llegó el día de Navidad de 2021. A las 13:20 hora peninsular,
después de varios aplazamientos, millones de personas
siguieron en directo el lanzamiento del telescopio desde sus instalaciones
en la Guayana Francesa a bordo de un cohete Ariane 5 de la
Agencia Espacial Europea (ESA). El mundo entero suspiró de alivio
cuando todo salió perfectamente.
Webb puede considerarse el observatorio espacial más potente
construido hasta ahora. Colaboran en este proyecto la NASA, la
ESA y la agencia espacial de Canadá. El espejo primario está compuesto
de 18 segmentos hexagonales, cada uno con un diámetro
de 1,32 metros. Cada uno de estos segmentos lleva por encima
una capa de oro microscópica para reflejar hasta el 98 por 100 de
toda la luz en infrarrojo; la longitud de onda que JWST observará. El
diámetro total del espejo primario es de 6,5 metros, y es tan grande
que fue doblado para entrar en el cohete en la fase de lanzamiento.
El color y las formas de los segmentos de JWST hacen que el teles-
copio parezca una colmena.
Un parasol protege el telescopio y todos sus instrumentos de los
rayos solares. El parasol está hecho de cinco capas de un material
ligero llamado Kapton. Cada capa está recubierta con aluminio y
las dos capas más cercanas al Sol también lo están con silicona
dopada. Este parasol sirve para enfriar el telescopio y mantenerlo
a una temperatura constante. El lado caliente del telescopio puede
llegar hasta una temperatura de 85°C, mientras que el lado frío,
donde se encuentran los instrumentos, tendrá una temperatura
de -233°C. Estas temperaturas hacen que la señal en el infrarrojo
emitida por el telescopio no prevalezca a las tenues señales de los
objetos a estudiar.
Webb ha viajado durante un mes para llegar a su destino final el
pasado 24 de enero. Este destino, conocido como punto de Lagrange
L2, está a un millón y medio de kilómetros de la Tierra, en
dirección opuesta a la solar. Durante su misión, que durará más de
los diez años inicialmente previstos, tratará cuatro temas clave de
la astronomía moderna:
>SISTEMAS PLANETARIOS Y ORIGEN DE LA VIDA
Desde que empezó a mirar el cielo, el ser humano se pregunta si
estamos solo en el Universo. El primer paso para responder a esta
pregunta es averiguar si existen planetas con condiciones similares
a las de la Tierra, necesarias para favorecer el nacimiento de la vida
como la conocemos. En los últimos diez años, los astrónomos han
Un mes después de
su lanzamiento el telescopio
ya está en su órbita definitiva
48 Revista Española de Defensa Febrero 2022