fuerzas armadas
Alumnos de la especialidad de Montador de Equipos practican con un quemador de combustible.
Forja de
ESPECIALISTAS
La Academia de Logística forma a los suboficiales y al
personal de tropa responsable del sostenimiento de la
Fuerza Terrestre
A primera hora de la mañana,
en el acuartelamiento
Barón Barssage
de Calatayud, la amalgama
de colores que
se entrecruza camino de las aulas, los
laboratorios y talleres de la Academia
de Logística augura el inicio de
una intensa jornada docente para los
futuros miembros de las especialidades
técnicas del Ejército de Tierra. El
blanco de los cordones que sobre el
uniforme lucen los caballeros alumnos
procedentes de la Academia General
Básica de Suboficiales combina con los
caquis, verdes, azules, rojos y negros
de las boinas que, junto a los chapiris
legionarios, los tarbush de regulares y
algún que otro chambergo, porta como
prendas de cabeza el personal de tropa.
Estos sargentos en ciernes y los cabos
primeros, cabos y soldados curtidos
como infantes, zapadores o artilleros,
por ejemplo, y ahora dispuestos a cambiar
de especialidad, constituyen la última
promoción de «técnicos militares»
del centro docente. Profesionales que,
«con una gran vocación de servicio y
unas enormes ganas de aprender»,
destaca su director, el coronel Ignacio
Aldama, nutren las cada vez más demandadas
unidades logísticas, dedicadas
a mantener la maquinaria de la
fuerza terrestre engrasada y operativa,
siempre lista para intervenir en territorio
nacional o en zona de operaciones,
acantonadas tras la primera línea de
combate, aunque tan expuestas, si no
más, a la acción del enemigo.
En la actualidad, en la academia
aragonesa (creada hace ahora 20 años,
fruto de la fusión de las enseñanzas que
ofrecían los Institutos Politécnicos nº 1
y 2 y la Escuela de Logística) se imparten
un total de 30 cursos y se mantienen
32 Revista Española de Defensa Febrero 2022