Torre Badum
Acantilados en la costa del Parque Natural
llos de Alcalá de Xivert y de Santa Magdalena de
Pulpis, así como las ermitas de San Antoni y Santa
Lucía hacen que el parque Natural no sólo sea
interesante por sus valores naturales, sino también
por el patrimonio histórico y arquitectónico. Aunque
fuera del límite del Parque, no podemos dejar
de destacar en sus inmediaciones el conjunto
histórico de Peñíscola, un precioso casco urbano
de casas blancas y calles sinuosas y estrechas en
torno al castillo del Papa Luna y casi rodeado del
mar, pues ocupa un promontorio rocoso unido al
continente por una estrecha franja de tierra entre
las playas norte y sur.
En la sierra abundan los bosques mediterráneos
constituidos por pino carrasco y encinas
principalmente, pero en el sotobosque es frecuente
el lentisco (Pistacia lentiscos) y su pariente
cornicabra (Pistacia terebinthus), la coscoja
(Quercus coccifera) y numerosas especies aromáticas
mediterráneas como el romero, tomillo
o lavanda. También hemos de destacar el abundante
palmito (Chamaerops humilis), una palmera
de pequeño tamaño y amplias hojas palmeadas
que habita en las costas de Italia y España,
muy adaptada a las condiciones climáticas del
Mediterráneo, pues gusta de la insolación abundante,
temperaturas suaves a lo largo de todo el
año y es muy resistente a la sequía, por lo que no
se ve dañada por la irregularidad de las precipitaciones
que caracteriza el clima de esta costa.
En la sierra de Hirta no faltan los cultivos, especialmente
de olivos y algarrobos, aunque nada
que ver con la amplia superfi cie agraria que albergó
antes de la profunda transformación económica
que vivió nuestro país a partir de mediados
del siglo pasado. Muchas de las laderas de la
sierra fueron transformadas en un complejo sistema
de bancales. Un enorme trabajo de construcción
y mantenimiento de los mismos para obtener
unos pocos metros de tierra sobre la que cultivar
cereales, olivos, vid, almendros o cualquier otra
especie productiva característica del ámbito
mediterráneo. Actualmente la mayor parte de
estos bancales, sobre todo los de menor tamaño
y peor accesibilidad, están abandonados, pero
son apreciables en este paisaje que combina el
verde de la vegetación, el gris de la roca calcárea
y el frecuente e intenso azul del cielo en
un hermoso contraste cromático. Este abandono
ha permitido una progresiva re-vegetación natural
mediante el avance de las especies arbustivas
propias y de la colonización de los pinos, aunque
también el espacio natural ha sufrido algunos
incendios forestales, como los de julio de 2011 y
2014.
La sierra cuenta con abundante fauna. Entre
la terrestre podemos destacar la liebre, el jabalí,
los zorros o la mucho más curiosa tortuga mediterránea,
que había desaparecido pero vuelve a
poblar estas tierras después de un programa de
reintroducción. En la línea costera es fácil avistar
varias especies de gaviotas y cormoranes intentando
pescar en las aguas del mar.
Diciembre - 2020 Armas y Cuerpos Nº 145 101