Cuartel del Rey, en la Plaza de Colón de Ceuta. (Flickr @EjercitoTierra, 30 de mayo de 2020).
se pedía que los mandos fueran ofi ciales españoles
«de reconocida entereza y brillantes dotes
de mando»”12. Recogen los autores, las palabras
del Alto Comisario Gómez Jordana, en su informe
de 18 de abril de 1918, al señalar la “«conveniencia
de crear por vía de ensayo una compañía
de Legión Extranjera» dentro del proyectado
ejército colonial, afi rmando que consideraba, en
principio, «muy acertada la idea, que, sin duda,
reportará –decía- un crecido número de gente
de todas procedencias de la que es de esperar el
mismo rendimiento que han obtenido los franceses
»”13. La Ley de 29 de junio de 1918, de reorganización
del Ejército, recogía en su Base 1ª, que
el Ejército de primera línea estaría constituido por
el Ejército de la Península, las Guarniciones de los
Archipiélagos de Baleares y Canarias, y, el Ejército
Colonial de África. De este último, señalaba
que sería “de cuantía proporcionada a la misión
encomendada a España en la zona de Protectorado,
y compuesto de tropas peninsulares e
indígenas, procedentes, en la mayor proporción
posible, de la recluta voluntaria”14.
El 19 de agosto de 1919 surgiría el debate parlamentario
en el Senado de la creación de una
unidad específi ca. De esta manera, el Conde de
Lizarraga interpelaba al Ministro de la Guerra, rogándole
“al Sr. Ministro de la Guerra: … se sirva
estudiar, simplemente estudiar, la posible conveniencia
de establecer como base del Ejército de
África el voluntariado. No es ésta una idea nueva:
ha surgido ya anteriormente y no hago más
que rogar al Sr. Ministro de la Guerra que tenga la
bondad de estudiar, si, dadas las condiciones de
esa guerra, no sería un bien para el país y quizá
la evitación de peligros futuros el establecimiento
de aquel Ejército sobre la base del voluntariado,
no sólo indígena, sino nacional”. A esta interpelación,
el Ministro de la Guerra, Sr. Tovar, señalaba
que “el actual Gobierno, desde el instante mismo
en que se constituyó, se ha preocupado de
este asunto, en tal forma, que se halla en estos
momentos a estudio el procurar obtener sufi ciente
número de voluntarios, a fi n de evitar los sorteos
forzosos para África; es decir, que se trata de
que, por lo menos, pueda nutrirse aquel Ejército
con voluntarios. Ya está muy fomentado el voluntariado
entre los indígenas, de los que hay considerable
número en ese Ejército. … En resumen:
que coincide la idea expuesta por el Sr. Conde
de Lizarraga con la que el Gobierno tiene, y se
estudia el modo de que el Ejército de África pueda,
en plazo no lejano, nutrirse de voluntarios”15.
De esta manera, el mes siguiente, Septiembre
de 1919, el Comandante de Infantería Millán Astray
sería nombrado para realizar una Comisión
de Estudios en el Regimiento de la Legión Extranjera
en Tlemcen y en Sidi-bel-Abbas (Argelia),
con el objeto de “ver si puede ser implantada
una organización similar a la Legión extranjera
en nuestros territorios africanos”16, partiría el 11 de
octubre desde Melilla17, y, regresaría a Madrid18,
a fi nales de Octubre, para informar al Ministro de
Guerra.
El interés de los periodistas franceses del momento
se centraba en conocer de dónde procederían
los integrantes del Tercio. Así, Millán Astray
en una entrevista al Echo de Oran afi rmaría que
Diciembre - 2020 Armas y Cuerpos Nº 145 7