elementos en que descansa la organización de la legión extranjera integrada por regimientos: el espíritu romántico que impulsa a sus
hombres y la bravura indómita, si se quiere, la bravuconería, en algunos casos, que los lleva al lugar de mayor peligro. Dentro de
la legión existe un pugilato patriótico, que hace que cada soldado rivalice en valor por honor a la bandera de la patria que les dio el
ser. Su disciplina es perfecta, mantenida, no por el castigo, sino por las excepcionales dotes de mando de su Cuerpo de ofi cialidad.
… El legionario es limpio, viste con elegancia su uniforme, siente un amor inusitado por el ofi cio guerrero, come excelentemente y
cobra soldadas, premios y reenganches de bastante importancia. … Llegan a poder del ministro de la Guerra y del alto comisario en
Marruecos numerosas instancias pidiendo nacionales y extranjeros tener el honor de ser los primeros en inscribirse en este tercio, que
seguramente habrá de dar muchos días de gloria a la patria”. Vid. El Imparcial, 15 de mayo de 1920, pág. 3. Cfr. La Correspondencia
Militar, 15 de mayo de 1920, pág. 1.
Vid. Gaceta de Madrid, 1 de septiembre de 1920, pág. 856.
Vid. La Voz, 4 de septiembre de 1920, pág. Cfr. La Correspondencia Militar, 4 de septiembre de 1920, pág. 2; La Acción – Diario de la
Noche, 4 de septiembre de 1920, pág. 4: Heraldo de Madrid, 4 de septiembre de 1920, pág. 4; La Época, 4 de septiembre de 1920, pág. 3.
El edifi cio destinado a tal fi n fue el Cuartel del Rey, situado en la Plaza de Colón de la ciudad ceutí. Allí, se situaron las ofi cinas del Mando
del Tercio y Mayoría.
Por ejemplo, Reglamento provisional para la instrucción táctica de las tropas de infantería, Talleres del Depósito de la Guerra, 1909, o, el
Reglamento para la instrucción táctica de las tropas de artillería ligera y a caballo, Ministerio de la Guerra, 1919.
De entre ellos, la prensa estadounidense se hizo eco de la condecoración que recibió Z. B. Kassad de Nueva Orleans, que recibió la cruz
al mérito militar. The Indianapolis Times decía «“As Tetuan,” he said, “our regiment charged up a long hill to the position of the Moors at
the top. I was run running low and shooting and was just about at the top when the Moors broke from cover and saw that I was all alone.
‘Did you see that crazy American?’ an offi cer yelled to another, and he rushed up to me, patted me on the back and said ‘Good boy! wait
right here.’ Pretty soon a general came along and pinned this cross on me. Honestly, I didn’t know I was alone out there in front until after
the battle was all over”». Vid. The Indianapolis Times, 20 October 1922.
“Llegaron a este puerto el de Vigo setenta y tres soldados de la Legión Extranjera procedentes de Madrid, y que han sido licenciados
del Tercio de Voluntarios al término de su alistamiento, después de haber estado presentes en la mayoría de los combates sostenidos
durante la campaña en Marruecos. Al llegar a la estación, los legionarios cubanos fueron recibidos por una multitud que les hizo
demostración de simpatía ovacionándolos, en tanto que los cubanos daban vítores a España. Los cubanos legionarios manifestaron
que estaban contentos del trato que en Marruecos, durante la campaña, se les había dado por parte de les ofi ciales españoles, y muy
especialmente del coronel Millán Astray, jefe del Tercio extranjero, quien en las horas de mayor peligro era el primero en exponer su vida
poniendo el ejemplo a sus soldados”. Vid. La Prensa (San Antonio, Texas), 20 de noviembre de 1922, pág. 7.
“Hungry Ex-Tommies are ready to join any little private war. Thousands in London prospective soldiers of fortune as result of conditions
and Spanish Recruiting for men for Morocco … Then the Spanish Embassy circulated a notice to the eff ect that it was not enlisting men
in London, but that at the same time there were vacancies in the Spanish Foreign Legion, and if any Englishman wanted to go to Spain
pnd join up -why, they wouldn’t say anything to persuade him, but the offi ces of the military governors were at such and such places,
and the service was very pleasant, and a gratuity of £’21 would be paid each man accepted, and they did have a transport waiting off
Southampton”. Vid. New York Tribune, 18 September 1921, pág. 5.
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12 Armas y Cuerpos Nº 145 ISSN 2445-0359