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En 1810 tuvo que irse a México huyendo
de la persecución de los franceses
invasores, a los que se había opuesto
radicalmente durante la guerra de la
Independencia española. Durante su
exilio en tierras mexicanas se vio también
envuelto en las protestas a favor
de la emancipación de los territorios
españoles en América. La situación
en el Nuevo Mundo era tan grave que
le obligaron a volver a España.
A su regreso a España, fue designado
cirujano de la corte de Fernando VII,
así como miembro de la Junta Superior
de Cirugía hasta su muerte en
Madrid, el 12 de febrero de 1819.
Gran parte de su legado se conserva
en el Real Jardín Botánico del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas
en Madrid.
MISIÓN: ERRADICAR LA
VIRUELA
Una de las enfermedades más importantes
del siglo xviii, por los efectos
que causó en la población mundial,
fue la viruela, también conocida como
la dama negra. Según cálculos del filósofo
y estudioso Voltaire, «al menos
un 60 % de la población mundial estaba
afectada por esta enfermedad
y un 20 % moría a causa de ella». Es
por esta razón que este mal creó una
gran alarma social, ya que se extendió
muy rápidamente y provocó en poco
tiempo muchas muertes sin respetar
clases sociales. En cuanto a las edades,
la probabilidad de contraerla era
mayor en niños que en adultos, de ahí
el dicho popular de «a la vejez, viruelas
».
Una de las
enfermedades
más importantes
del siglo xviii,
por los efectos
que causó en
la población
mundial, fue la
viruela, también
conocida como la
dama negra
En 1796, un médico inglés llamado
Edward Jenner, conocido como el
padre de la inmunología, observó que
la incidencia de la viruela era menor
en el mundo rural. Concretamente,
las ganaderas que ordeñaban vacas
con esta enfermedad sufrían un tipo
de viruela menos grave, sin llegar a
fallecer, y lo más importante de todo
es que quedaban inmunizadas de por
vida. Después lo experimentó con niños
y corroboró sus primeras observaciones.
Jenner publicó sus experiencias y
conclusiones en 1798, haciendo
que en pocos años, y dada la gravedad
de la enfermedad, se difundieran
por todo el globo terráqueo. Concretamente
en 1802, una epidemia de
grandes proporciones se desató en
el virreinato de Nueva Granada (actual
Colombia, Venezuela, Ecuador y
Panamá).
A la vista de las noticias que llegaban
de América sobre el aumento en el
número de casos de infectados y fallecidos
por la expansión de la viruela,
Balmis presentó un proyecto a la
Monumento en el puerto de La Coruña en homenaje a los niños de la expedición