En nuestra patria, finalizada la Guerra
Civil (1 de abril de 1939), la oficialidad
de complemento se reestructura en
función de la Milicia Universitaria, lo
que da inicio a la tercera época de esta
oficialidad, que va a abarcar un largo
período de tres décadas (1942-1972)
y constituye, sin lugar a duda, su etapa
más floreciente y de mayor auge en
los cien años de historia de la escala
de complemento del Ejército. El jefe
del nuevo Estado, general Francisco
Franco, que en su juventud combatió
en las Fuerzas Regulares, donde fue
herido de gravedad, y en el Tercio de
Extranjeros, unidad que llegó a mandar
en los empleos de teniente coronel
y coronel (en el empleo de comandante
mandó la I Bandera), quiere que los
futuros oficiales de complemento se
eduquen al aire libre, con espacios y
aulas virtuales que tengan por techo el
cielo infinito, con puertas abiertas a la
inmensidad del campo, donde el cuerpo
y el espíritu se forjen en contacto
directo con la naturaleza. Para ello da
instrucciones al ministro del Ejército
para que, de común acuerdo con el de
Educación Nacional, los caballeros aspirantes
80 / Revista Ejército n.º 952 • julio/agosto 2020
que vayan a recibir la Instrucción
Premilitar Superior se agrupen en
zonas que abarquen todo el territorio
nacional, y a cada una de estas zonas
se le asigne un campamento, donde
en los meses de verano se impartirán
las disciplinas inherentes al empleo de
alférez de complemento. El mando de
estos campamentos (Unidades Especiales
de Instrucción) lo ostentaría un
coronel de la escala activa de las armas
combatientes. Estos campamentos,
tras un corto período de adaptación
en distintos puntos de nuestra geografía,
pasarían a instalarse definitivamente
hasta la extinción de la Instrucción
Premilitar Superior en 1972 en:
La Granja de San Ildefonso (Segovia),
campamento de El Robledo (donde se
formó el autor de las presentes líneas),
en Ronda (Málaga), campamento de
Montejaque, hoy acuartelamiento del
Tercio Alejandro Farnesio IV de la Legión,
en Reus (Tarragona), campamento
de Los Castillejos, en Toro (Zamora),
campamento de Monte La Reina y en
Santa Cruz de Tenerife, campamento
de Los Rodeos. Funcionó también un
campamento en Rota, denominado
La Forestal, para la instrucción de la
artillería de costa. El período de instrucción
de los caballeros aspirantes
quedó fijado en un cursillo preparatorio
en las cabeceras de zona, previo
a la incorporación al primer campamento,
junto a dos períodos de tres
meses (en dos veranos sucesivos) de
una muy dura instrucción y adiestramiento.
Las clases teóricas, impartidas
por un profesorado competente,
se daban en paisajes arbolados a los
que los alumnos llamábamos socarronamente
el valle de la ciencia. Al final
del primer verano se obtenía la graduación
de sargento y en el segundo la de
alférez eventual de complemento, y se
completaba el ciclo formativo con la
realización de seis meses de prácticas
en una unidad tipo regimiento o batallón
del arma correspondiente, tras las
cuales se alcanzaba el empleo efectivo
de alférez de la escala de complemento.
Estas prácticas de seis meses,
por Decreto de 6 de diciembre de 1957
(Colección Legislativa n.º 115 del año
1957), quedarían reducidas a cuatro,
tiempo que se mantuvo hasta la extinción
de la Instrucción Premilitar Superior.
El día 30 de agosto de 1972, con
la entrega de Despachos a la XXX Promoción
de la Milicia Universitaria (Instrucción
Premilitar Superior), estos
campamentos se clausuran en forma
definitiva. Una nueva época y un nuevo
estilo, ni mejor ni peor, simplemente
diferente, se iniciaba mediante la IMEC
(instrucción militar para la escala de
complemento), que el 23 de diciembre
de ese año se estrenaba con la salida
de su primera promoción de oficiales
de complemento.
ALFÉRECES DE LA MILICIA
UNIVERSITARIA, EN
PRÁCTICAS EN LA LEGIÓN
(1952-1957)
Con antigüedad del día 4 de octubre
de 1943, la primera promoción de alféreces
eventuales de complemento formados
en la Milicia Universitaria (Instrucción
Premilitar Superior) alcanzaba
el honor de incorporarse a los cuadros
de oficiales del Ejército español. Pero
para que esta incorporación alcanzase
el rango de definitiva como alféreces
efectivos de complemento habían de
superar aún un período de seis meses