pasan a veces dos días sin comer si es
necesario; .... Y los adalides que los
guían conocen las tierras y caminos.
Y no llevan más que una gonella o una
camisa, sea verano o invierno; y en las
piernas llevan unas calzas de cuero, y
en los pies unas abarcas de cuero. Y
llevan buen cuchillo .... Y lleva cada
uno una lanza y dos dardos, y un morral
de cuero en el que llevan su comida.
Y son muy fuertes y muy ligeros
para huir y para perseguir. Y son catalanes
y aragoneses y sarracenos»2.
Este texto es de finales del siglo xiii
o principios del xiv y es probable que
el autor, hombre de corte, nos dé una
descripción de los guerreros que actuaron
en el Pirineo, durante la invasión
francesa, que podría aplicarse
a cualquier guerrero ligero, pero que
se podría ajustar a los almogávares
originales. Desde luego, un guerrero
de este tipo se correspondería
muy bien con un pastor serrano. Estos
pastores pobres no dispondrían
de caballos, salvo aquellos que consiguieran
72 / Revista Ejército n.º 952 • julio/agosto 2020
como botín, realizarían pequeñas
incursiones y se replegarían
rápidamente. Sus efectos tampoco
serían excesivos, por la escasez
de personal y la limitación de la incursión.
Resumiendo, el almogávar
original debía de ser ligero y con un
equipamiento pobre, y, al menos en
un principio, debía de integrarse en
bandas autónomas dedicadas al saqueo
como medio de vida. Desde luego,
debían de ser sufridos, frugales y
resistentes, como obligaba el mismo
medio del que provenían.
Estas bandas debieron de evolucionar
o, incluso, involucionar con
la ocupación de nuevos territorios
y pronto debieron de estar sometidas
a los poderes constituidos. Ya
a comienzos del siglo xii, durante el
asedio a Zaragoza, se menciona que
Alfonso I encomendó a unos almogávares
el castillo de El Castellar, lo
que presupone que el rey tenía alguna
autoridad efectiva sobre ellos3.
El almogávar
original debía de
ser ligero y con
un equipamiento
pobre, y, al
menos en un
principio, debía
de integrarse
en bandas
autónomas
dedicadas al
saqueo como
medio de vida
La cronología de la Reconquista
oriental apoya ese cambio en la composición
de las bandas almogávares.
La conquista de Huesca, en 1042,
dejó la frontera del reino de Aragón
en una zona más lejana de las estribaciones
pirenaicas, lo que dificultó
la aproximación de los almogávares a
sus presuntas presas, por lo que comenzarían
a integrarse en unidades
mayores, más organizadas y capaces
que, como es lógico, también se relacionarían
cada vez más con los poderes
establecidos. En esos mismos
tiempos, los condados catalanes trataban
de expandirse por sus montuosas
zonas limítrofes hacia el sur
y hacia el oeste, lo que no dejaría de
proporcionar buenas oportunidades
a guerreros fronterizos, llamémosle,
populares.