LA PROBLEMÁTICA EN EL
PRINCIPIO DE DISTINCIÓN:
LOS CASOS DE KUNDUZ Y BOUNTY
El presente artículo trata sobre la dificultad en la interpretación del principio de
distinción que marca el Protocolo adicional segundo de los Convenios de Ginebra en
el marco de los conflictos actuales. Ello está motivado por el ataque aéreo francés, en
enero de 2021, sobre un supuesto grupo de terroristas en Mali en el transcurso de la
operación Barkhane, y que recuerda a un caso similar acaecido en Afganistán en 2009 en
el que se vio envuelto el jefe de un Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) alemán y la
aviación norteamericana, lo que supuso una crisis en el gobierno alemán del momento.
El artículo pretende reflexionar sobre las consideraciones consolidadas a través de la
jurisprudencia penal internacional y la interpretación del Comité Internacional de la
Cruz Roja (garante, según los convenios de Ginebra, de las Leyes de la Guerra) y como
el comandante de la fuerza debe tenerlas en consideración antes de tomar la decisión
de atacar un objetivo dudoso
Terreno donde se desarrolló el ataque de Bounty
Juan Pablo Valencia Pérez
Comandante de Infantería
El Protocolo II adicional a los Convenios
de Ginebra establece en su
artículo 13 que la población civil en
general, y los civiles en particular, no
serán objeto de ataque salvo si participan
directamente en hostilidades
y mientras dure dicha participación.
La claridad del artículo tropieza,
sin embargo, con la dificultad en la
realidad de los conflictos armados
actuales de distinguir al personal
combatiente del personal que goza
de protección según el derecho internacional.
Este artículo pretende
mostrar dos casos actuales en los
que la decisión final de lanzar el ataque
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ha supuesto un debate a raíz de
los resultados de los mismos, debate
que ha trascendido el ámbito militar
para entrar en planos políticos
o judiciales.
Dentro del conflicto actual en el Sahel,
y en el marco de la lucha contra
los grupos terroristas que la operación
Barkhane, liderada por Francia,
desarrolla junto a la Fuerza Conjunta
G5 Sahel y que actualmente tiene
lugar en la región conocida como la
de las tres fronteras (Burkina Faso,
Níger y Mali), se llevaron a cabo estos
meses anteriores una serie de operaciones
entre las que ha destacado
la denominada operación Eclipse,
desarrollada entre el 2 y el 20 de
enero de 2021. Esta operación fue
una más de las que continuamente
se ejecutan en la zona, pero supuso
un hito al adelantar el puesto de
mando, que hasta entonces estaba
en Niamey (Níger), hasta Gao (Mali),
además de potenciar el empleo de
medios aéreos en la zona, no solo
de transporte sino también de ataque1.
Eclipse supuso, en todo caso,
una mejora en la integración de los
puestos de mando franceses y de los
países del G5 Sahel y un mejor empleo
de los medios aéreos en ataque
a tierra.
Hasta entonces, la zona comprendida
entre el eje Tombuctú-Douentza en el
período de septiembre a diciembre
de 2020 había sido el escenario de un
incremento de los ataques de los grupos
terroristas Jama’at nusrat al Islam
wal Muslimeen (JNIM) y del Etat
islamique au grand Sahara (EIGS)