Sgto 1.º Maya (percusión) y Óscar Portugués (guitarrista). Concierto 300 Aniversario Tercio Viejo Sicilia. San Sebastián, julio 2019
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que obtuvieron su despacho este mes
de julio en la ACD. Entre ellos, cuatro
mujeres sargentos alumnas: doña
María Cases Alarcón, doña Paula del
Real Bolt, doña Pilar González Bernáldez,
todas con la especialidad de
flauta travesera, y doña Silvia París de
Benito, con la especialidad de bombardino.
Estas nuevas incorporaciones
serán la savia nueva que nutrirán
y completarán nuestras unidades de
música militares con frescura, vitalidad
y espíritu renovador.
El número de mujeres ha ido in crescendo
exponencialmente a lo largo
de estas últimas décadas. Cada año
los aspirantes a suboficiales vienen
no solo mejor preparados académicamente,
sino con unas capacidades
musicales extraordinarias, siendo cada
vez menor la edad de ingreso. Tal es el
caso de la sargento alumna doña Silvia
París de Benito, segunda mujer con la
especialidad de bombardino, con tan
solo 18 años. Esta madrileña pasará a
ser la suboficial más joven del CMM.
ALLEGRO MA NON TROPPO
Todas estas mujeres y sus compañeros
han contribuido a que la integración
de la mujer en el Ejército
de Tierra a fecha de hoy, y tras una
serie de cambios, sea una realidad.
La conciliación de la vida familiar al
principio fue difícil, afirman sobre
todo las más antiguas, ya que conjugar
la vida privada con la laboral
llegaba a ser realmente complicado.
En este proceso se han ido superando
diversos obstáculos que se
presentaban, como la adaptación de
nuevas instalaciones (dormitorios y
aseos) o incluso diseñar nuevos uniformes,
por ejemplo, en el caso de la
maternidad.
Tras estos comienzos, como se dice
en el argot musical, vamos allegro
ma non troppo, alegremente pero
no demasiado. Las mujeres cada vez
están más preparadas. Esto, unido a
su versatilidad y a su capacidad de
adaptación, las avala para afrontar
cualquier escenario. En un futuro no
muy lejano la integración de la mujer
será aún más plena, cuando estas
alcancen puestos de mayor responsabilidad.
No hay duda de que mucho se ha
conseguido en 33 años gracias al
esfuerzo de muchas mujeres que alcanzaron
metas muy ambiciosas. El
motor de esta evolución es uno de
los valores principales como músico
y militar: la vocación, que, junto al espíritu
de servicio, la excelencia profesional,
la disciplina, el compañerismo
y el espíritu de sacrificio surgen
para demostrar que no hay hombres
y mujeres músicos, sino compañeros
de atril.
En conclusión, la contribución de las
mujeres de forma activa y profesional
en las músicas militares de nuestro
país se ha fortalecido in crescendo a
lo largo de estas tres décadas, lo que
ha causado un beneficio para todos y
para nuestras Fuerzas Armadas.■