EL COLEGIO DE INFANTERÍA
DE TOLEDO (1850-1869)
«El Colegio de Infantería de Toledo abrió sus puertas a la juventud española que aspiraba
al honor de convertirse en oficiales del Arma de Infantería en noviembre de 1850
—como sucesor del Colegio General Militar—, transformándose en un prestigioso
centro docente de cuyas aulas salieron, en sus diecinueve años de fructífera existencia,
unas dignas y esforzadas promociones que, a la par que muy cultas e instruidas, dieron
honra a la Patria y honor y prestigio al Arma de Infantería»
Francisco Ángel Cañete Páez
Licenciado en Ciencias Económicas
Comandante de Infantería retirado. Legionario de Honor
En España, uno de los centros más
ilustres de formación de oficiales del
arma de infantería fue, sin duda, el
Colegio de Infantería de Toledo. Creado
por real decreto de 5 de noviembre
de 1850, a base del extinguido, por el
mismo decreto, Colegio General Militar,
en sus 19 años de fecunda existencia
dio a la patria la pléyade más
gloriosa de generales, jefes y oficiales,
así como el más nutrido grupo de
escritores y poetas que un día, colegiales
de infantería todos, formaron
en los muros del vetusto Alcázar, quedando
ya para siempre prendida en lo
más profundo de su ser su condición
de infantes españoles.
El real decreto de su creación establecía
que el Colegio de Infantería tendría
su sede en la imperial ciudad de Toledo
y ocuparía la dirección del mismo
el general director de infantería.
El Plan de Estudios e Instrucción para
los jóvenes colegiales quedó establecido
58 / Revista Ejército n.º 966 • octubre 2021
en tres años y seis meses, de los
cuales los dos años y seis meses primeros
serían de estudios en el Colegio
y el año restante realizando prácticas
de oficial en los cuerpos. Serían
objeto de estudio preferente las ordenanzas,
las materias científicas y las
de universal aplicación a todas las armas:
la Táctica, el Régimen Interior
de los Cuerpos, la Contabilidad y el
Detall, y demás disciplinas peculiares
del arma de infantería. El profesorado
fue objeto igualmente de especial selección,
pues desde un principio quedó
establecido que «podrán tener cabida
para el mando de las compañías
de alumnos y para la instrucción científica
y militar de los mismos los individuos
que, de la clase de segundo
comandante a la de teniente, lo apetezcan
y reúnan los conocimientos
que según el empleo en que se hallen
marca la plantilla adjunta y cuya justificación
han de hacer a mi presencia
por medio del competente examen».
El día 13 de junio de 1858, la reina
doña Isabel II visitó en Toledo el Colegio
de Infantería. La reina hizo el viaje
por ferrocarril, en el recién inaugurado
tramo Aranjuez-Toledo, con lo que
la imperial ciudad quedó unida a través
del «camino de hierro» con los
más importantes puntos de nuestra