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sí, y la convicción de un último esfuerzo
nacional, un empuje para
rendir Madrid, reviven el asalto a
las brechas abiertas en los recintos
fortificados del siglo xvii.
3. En la conocida como batalla de
la carretera de la Coruña, en enero
de 1937, lo que vemos son columnas
nacionales tratando de ensanchar
el frente, de abrir espacio,
de dar aire al cerco, de ampliar y
dominar la salida hacia la Coruña,
ocupando las dehesas de Majadahonda
y Las Rozas, todavía hoy
con abundantes fortines y restos
arqueológicos de la 8.ª División republicana
en la dehesa de Navalcarbón,
en Las Rozas.
4. Si vamos al lado opuesto, sobre
la carretera de Valencia se dibuja
«la batalla perfecta» en términos
de estudio táctico (lo que los ingleses
llaman case study). Una ofensiva
nacional armada sobre cinco
columnas, ahora brigadas, entre
Arganda y Aranjuez para cortar la
N-III, conocida como batalla del
Jarama (Jarama valley), de febrero
de 1937. Sitúese sobre el mirador
de la Marañosa y dominará los
20 kilómetros de frente. La del Jarama
es una batalla de ruptura y de
desgaste, también la primera batalla
moderna en la guerra española
con aviación de apoyo y todos los
elementos de una acción táctica:
golpes de mano, paso de ríos, cargas
de caballería, contrataque de
los carros de combate, colinas sangrientas
(Pingarrón, colina del Suicidio)
y fuerzas internacionales en
presencia.
5. La batalla de Guadalajara (marzo
de 1937) es la ofensiva italiana
(Cuerpo de Tropas Voluntarias)
sobre una carretera (la de Francia)
y entre dos ríos (Henares y Tajuña),
ideada al máximo de la velocidad de
sus medios y su doctrina (guerra celere).
Sitúese sobre el Mirador de la
Alcarria en Trijueque, centro de gravedad
de la batalla, con el caminero
valle del Henares enfrente, el cerro
testigo de Hita dominante (observatorio
republicano) y la meseta de
la Alcarria a su derecha, y podrá vislumbrar
el movimiento de un cuerpo
de ejército en una maniobra operacional
de libro, con paso de línea,
abortada por la vigorosa defensa
republicana y la meteorología.
6. Reorganizados los ejércitos, estructurados
de forma reconocible y
según los patrones de la orgánica
militar, los republicanos se lanzarán
por primera vez a la ofensiva (nivel
cuerpo de ejército reducido) a lo
largo del «corredor de la Granja»
con el objetivo de tomar Segovia
capital, y como objetivo secundario
recuperar el Alto del León; ofensiva
taponada, a primeros de junio
de 1937, en el reducto, en forma de
escuadra, de Cabeza Grande-Matabueyes
cerro del Puerco-Atalaya,
que los artilleros conocen bien
porque es un ejemplo magnífico del
uso de la artillería por ambos ejércitos
(concentración frente a dispersión).
Desde Matabueyes, observatorio
artillero, mirando hacia el
puerto de Navacerrada, el visitante
dominará el corredor y entenderá el
campo de batalla.
Sin mencionar acciones relativamente
menores, como la toma del Alto del
León, la catedral de Sigüenza, Somosierra
(el Frente del Agua), las Navas
del Marqués (Ávila) y el ataque republicano
al cerro Garabitas (Casa de
Campo), la cronología nos lleva al primer
año de la guerra y a la batalla que
pudo ser decisiva: Brunete.
El «corredor de la Granja» (Cartoteca AGMM)