unidades en la Operación Balmis dosier 783
trecha coordinación con las distintas fuerzas y cuerpos de
seguridad del Estado.
«Sí que es verdad que con la guardia civil normalmente
tenemos más contacto. Había tenido la ocasión de trabajar
cercanamente con ellos en Afganistán», añade el
subteniente. «Pero con las fuerzas y cuerpos de seguridad
del Estado no había tenido la ocasión. Y ha sido una
experiencia muy enriquecedora. Las diferentes formas de
actuar y de proceder de unos y otros no han impedido
que nos pudiésemos adaptar a la situación, y que cada
uno, dentro de su ámbito de responsabilidad, trabajase
con éxito y en perfecta sintonía. Pienso que ha sido una
buena experiencia que no olvidaremos ninguno. Estoy
seguro de ello».
Por último, se le pregunta al subteniente sobre alguna
situación destacable o anécdota que le haya quedado
grabada en la retina. «Al final del cuarto día de despliegue
en Calatayud», recuerda, «habíamos montado
el convoy para volver a la base. Exactamente igual que
el resto de días. Pero cuando iniciamos el movimiento
y embocamos la calle principal de Calatayud, una multitud
de personas, desde sus balcones, agitando muchas
de ellas banderas de España, nos aplaudieron y
nos agradecieron fervientemente nuestra labor. No pudimos
evitar corresponderles con las señales acústicas
y luminosas de nuestros vehículos. Es verdad que un
militar solo debe de cumplir con la misión de la mejor
manera posible por espíritu propio, pero también es
verdad que aquella tarde se nos hinchó el pecho de
orgullo al ver el calor de la gente bilbilitana. No hay
mayor recompensa que el ver que la población civil,
reconoce y aprecia tu trabajo, sabiendo que estamos
ahí para servirles», concluye.
Todo lo anterior es el testimonio de uno de los 251
componentes del EADA que, con las misiones asignadas
de presencia y reconocimiento, desplegaron en 85 localidades
revista de aeronáutica y astronáutica /octubre 2020
y pedanías de la provincia de Zaragoza durante la
Operación Balmis.
Los miembros del EADA que participaron en la Operación
Balmis portaban con orgullo la bandera de España
sobre el uniforme, y en el corazón, tenían siempre presente
el lema de la unidad: «¡Obviam Primus!»
Joaquín González Lázaro
Teniente del Ejército del Aire
EL EZAPAC EN LA OPERACIÓN BALMIS
Durante el tiempo que la sociedad española ha vivido en
el estado de alarma, se han experimentado situaciones fuera
de lo normal. Por ello, ha sido necesario activar procedimientos
excepcionales y hacer uso de las Fuerzas Armadas
en escenarios no muy habituales. Unidades altamente cualificadas,
acostumbradas a operar en los más difíciles terrenos
como es el ejemplo del EZAPAC. Es de justicia mencionar la
profesionalidad demostrada por todos y cada uno de sus
componentes como parte de la Operación Balmis. Quedó
patente desde el primer día de activación frente a la COVID
19 el compromiso adquirido por la unidad un miércoles
18 de marzo de 2020. Hasta un total de noventa efectivos y
varios vehículos han participado de una manera u otra en
la operación, la cual contó con una escuadrilla al mando de
un capitán y tres secciones de veinticuatro personas durante
veintiocho días ininterrumpidos.
El zapador, heredero de una grandiosa y enorme tradición,
no defraudó en el desarrollo de los cometidos asignados.
Como siempre han hecho sus antecesores en todas
las misiones que se le han asignado, cumplió sus cometidos
con abnegación y sacrificio. Los tiempos cambian, pero los
valores castrenses se mantienen, y esto es gracias a la dedicación,
vocación y entrega de los zapadores que estuvieron,
están y estarán.