mantener esta ilusión y esta sed de mejorar nuestro trabajo continuamente, la
transferencia de conocimientos estará garantizada. Obviamente, los procedimientos
formales establecidos no hacen sino mejorar exponencialmente esta
transferencia natural, y así debe ser para proporcionar un marco y un formato
que estandarice las lecciones aprendidas.
Debo añadir que las transferencias más importantes, en las que se basa
nuestro funcionamiento y hacen más grande nuestra Armada, son el ejemplo,
el sacrificio, el trabajo diario en equipo y el espíritu de servicio. El personal
de nuestras unidades, con sus hechos y actitudes, mantiene unos valores que
hemos sabido transmitir a lo largo de los años. Como decía la felicitación
navideña de la Armada de este año, «500 años después, mismo espíritu». Es
un privilegio estar aquí y compartir esta misión con ellos, porque aunque sé
que están deseando llegar y abrazar a los suyos, también sé que son conscientes
de que nuestra misión es defender los intereses de España, que a esto dedican
su vida y sacrifican lo más preciado para ellos, el tiempo con su familia,
por estar aquí cumpliendo con su deber.
Creo que nuestros mayores —oficiales, suboficiales y personal de Marinería
que ya estén alejados de los barcos— pueden sentirse orgullosos de sus
relevos generacionales; la transferencia de conocimientos y de valores está
bien hecha, y sus ganas de hacer las cosas bien, su espíritu de trabajo y su
vocación de servicio a España mantienen bien alto el pabellón español frente a
las costas de Somalia.
Ahora, nuestro deber, el de cada uno en su ámbito de responsabilidad, es
que las dotaciones de las unidades noten que la Armada se preocupa por ellos,
que aprendemos de nuestros errores, que avanzamos y que tratamos de solucionar
aquellas cosas que están a nuestro alcance para hacer más llevadero su
trabajo durante tanto tiempo fuera de casa.
TEMAS PROFESIONALES
2020 493