El mapa del proyecto chino de la
Nueva Ruta de la Seda confirmaba
en 2013 este papel de isla entre sistemas
regionales a los que no pertenece.
En la red de rutas comerciales
que constituye este ambicioso proyecto
16 / Revista Ejército n.º 962 • junio 2021
Afganistán quedaba circunvalado
por unos corredores comerciales
que eludían atravesar su territorio.
Este diseño derivaba, más que de la
posición geográfica del país, de la ausencia
de infraestructuras, de su irrelevancia
económica y, sobre todo, de
su inestabilidad, que imposibilitaba
cualquier inversión en infraestructuras,
desarrollo económico o explotación
de riquezas naturales.
Sin embargo, determinados cambios
en el entorno geopolítico están haciendo
mutar el papel de Afganistán
respecto a sus vecinos y podrían hacer
que, de ser una isla, pasara a jugar
el papel de puente. En este giro potencial
es necesario tener en cuenta
el extraordinario desarrollo económico
que Asia ha protagonizado desde
el final de la Guerra Fría, así como el
resurgimiento de China como potencia
económica mundial desde finales
de la década de 1990, que han convertido
a la región en el corazón industrial
del mundo y propiciado la reorientación
del sistema internacional
hacia el este. La iniciativa china de la
Nueva Ruta de la Seda se enmarca en
este nuevo escenario, en el que China
quiere consolidarse como la potencia
dominante de, al menos, Asia.
En la misma línea, Irán ha lanzado su
estrategia de «giro al este», iniciada
por el presidente Ahmadineyad
(2005-2013) y que continúa orientando
la política exterior iraní, con la
que Teherán pretende fomentar su
La ruta del Canal de Suez
Afganistán en el Gran Juego