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El Plan Director del Ministerio de Defensa
sobre RPAS aporta una visión
de conjunto de las necesidades actuales
y futuras de las Fuerzas Armadas.
Además, este documento resume
las necesidades en cuanto a RPAS
que se quieren satisfacer en el período
2015-2026 dentro del Ministerio
de Defensa, y sirve como herramienta
de apoyo a la decisión para posteriormente
determinar los programas de
I+D, obtención, modernización, sostenimiento
y en su caso baja, necesarios
para el período de planificación
establecido.
Pero ¿qué tienen en común GNSS,
NAVWAR y RPAS? Según lo anteriormente
expuesto, podríamos llegar a
la conclusión de que el espectro electromagnético
tiene mucho que decir
y, por tanto, las operaciones electromagnéticas.
Actualmente, empresas
y universidades españolas están realizando
pruebas para evaluar cómo
el posicionamiento repercute en la
definición y operación de los drones
por la influencia que tienen en uno de
los servicios básicos del U-Space (el
sistema de gestión del espacio aéreo
europeo para drones), como es el
geofencing (definición de zonas restringidas
o prohibidas).
En resumen, la navegación basada en
los actuales sistemas inerciales combinados
con GNSS puede ser objeto
de interferencias, engaño o denegación
intencionada en caso de que estos
sistemas sean ajenos a nuestro
control, como sucede con el actual
sistema de posicionamiento GPS. No
menos importante es la carga de pago
(payload) con la que se dote el RPAS,
que determinará el tipo de misiones
que podrán realizar.
PROYECTO CERVUS
La implementación de la capacidad
ofensiva contra GNSS supone un complemento
a la capacidad de ataque
electrónico de las unidades de guerra
electrónica del Ejército de Tierra, y es
necesario poder integrarlas en el sistema
de dirección, evaluación y control
de guerra electrónica con el objeto de
poder planificar, dirigir y coordinar las
acciones de ataque electrónico con el
resto de acciones de guerra electrónica
llevadas a cabo por el sistema de
guerra electrónica, conseguir su eficacia
y evitar efectos no deseados a fuerzas
propias que supongan una degradación
o inutilización de sus sistemas
de armas.
Por ello, sería necesario complementar
las actuales capacidades de los sistemas
de guerra electrónica desplegables
del Ejército de Tierra con la nueva
capacidad de ataque electrónico contra
GNSS, bien mediante un subsistema
completo ofensivo contra GNSS,
bien mediante la adición de esta capacidad
a los actuales subsistemas de
ataque electrónico, integrándola con el
resto de capacidades de los sistemas
de guerra electrónica desplegables del
Ejército de Tierra.
Evidentemente, el NAVWAR, combinado
con la guerra electrónica y la ciberdefensa,
supone un avance en las capacidades
de las unidades de guerra
electrónica para garantizar el empleo
del espectro electromagnético.
Otra cuestión no menos importante
sería contar con equipos con capacidad
para localizar los orígenes de las
perturbaciones y equipos con capacidad
de ataque electrónico frente a dispositivos
que utilicen los servicios de
posicionamiento, navegación y tiempo
(PNT) de los sistemas GNSS, tanto en
el ámbito de apoyo general de guerra
electrónica como de apoyo directo de
EW ligera. Dichos equipos deberían
poder integrarse en un sistema de dirección,
evaluación y control de guerra
electrónica, en apoyo a las fuerzas propias
o en desarrollo de cualquier tipo
de operaciones. La señal GPS empleada
por RPAS no deja de ser una onda
de radiofrecuencia que llega muy atenuada
en potencia al receptor, lo que
la hace muy vulnerable a cualquier interferencia,
ya sea intencionada o no.