902 dosier la perspectiva del Mando Aéreo de Combate
Este periodo frenético comienza con una reunión de
un grupo de planeamiento operativo (GPO) convocado
ad-hoc, que se realiza por videoconferencia segura el 12
de agosto con todos los actores implicados a nivel nacional:
revista de aeronáutica y astronáutica / noviembre 2021
representantes de MOPS, EMACON, ET; por parte
del EA asistió personal del EMA, MACOM y JMOVA. En
esa videoconferencia se maneja una información y unos
plazos aún inciertos y se esbozan los primeros detalles
de las opciones de ejecución de la operación NEO que
se avecinaba.
Aunque la estimación inicial contempla el comienzo
de la ejecución en un plazo aproximado de dos semanas,
todo iba a cambiar con rapidez, debido a la situación
en zona. El JEMAD reactiva la Directiva Inicial
Militar 15/14 (DIM) para la participación de las FAS en
la misión Resolute Support y se autoriza la activación
del OPLAN 00066 del CMOPS. En este documento, se
establece el marco de una operación militar en apoyo
al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea
y Cooperación. El mando operacional recae en el Comandante
del Mando de Operaciones y las acciones de
planeamiento y preparación de las capacidades y alistamientos
de las unidades se irían sucediendo a partir
de ese momento, acortando los plazos todo lo posible:
había vidas en juego.
Durante el fin de semana del 14 y 15 de agosto, todo
se acelera progresivamente. Los plazos se van acortando
de forma vertiginosa en sucesivos incrementos y se acaba
convocando una reunión presencial para el domingo 15
de agosto, en el Mando de Operaciones. En ese punto, la
decisión que ya hay sobre la mesa es que los plazos de
ejecución pasan a ser prácticamente inmediatos.
A partir de este momento se inicia el proceso de activación
de fuerzas (ACTREQ y ACTORD), preparación de las
mismas (FORCEPREP) y transferencia a la cadena operativa
(TOA).
La hipótesis inicial de trabajo contemplaba números de
alrededor de 800 personas a evacuar, que serían previamente
contactadas y localizadas por la embajada española
en Afganistán. Al igual que los plazos de ejecución
sorprendieron, descartando las previsiones iniciales por
premura de tiempo, los números de personal a evacuar
de esa estimación inicial también se corregirían rápidamente
al alza.
En ese momento ya se determina que las capacidades
militares que debe aportar el Ejército del Aire son:
– Transporte estratégico (la plataforma considerada
desde el principio es el T.23, por las condiciones de amenaza
en el aeropuerto de Kabul) hasta un nodo intermedio
(hub), donde se transferiría el personal a un vuelo
logístico contratado por MINISDEF.
– Una unidad terminal (UTER) para gestión segura del
embarque y las operaciones en tierra, con capacidades
CATO1 y CCT2 .
– Equipos AMPT (Air Mobility Protection Team) integrados
entre las tripulaciones de T.23 y en los vuelos
Afganos llegando a Torrejón. (Imagen: Juan Carlos Ferrera Martínez)