revista de aeronáutica y astronáutica / noviembre 2021
memoria histórica del EA 959
que ante él desfilara la Compañía
del Regimiento Melilla, encargada
de rendir honores. Tres aparatos
R-III, volando a muy poca altura,
dejaron caer preciosas flores en el
momento del sepelio en el nicho
n.º 1 del mausoleo, inmediato al
del mecánico que, como sabemos,
le acompañaba; en tanto, se disparaban
las salvas de ordenanza.
En la fotografía, tomada en
1941 por el coronel Ángel Torres
Prol, destinado por entonces como
capitán en Mar Chica, vemos
el Mausoleo de Aviación engalanado
el Día de Difuntos.
Nota de El Vigía: Casualmente,
visitando la ciudad de Melilla el
pasado agosto, a nuestro amigo,
el prestigioso historiador Santiago
Guillén, le faltó tiempo para visitar,
con un ramo de flores como ofrenda,
el Mausoleo de la Aviación
Militar Española. Pero a la sorpresa
inicial, se unió la decepción y
disgusto que le produjo el estado
de abandono en que se encuentra;
la pintura que sobre la piedra
habíase aplicado, al desprenderse
por trozos, presentaba un aspecto
deplorable, tanto más, comparándolo
con los de otras Armas o
Cuerpos. .
Hace 70 años
Ventarrón
Pollensa 6 noviembre 1941
La tromba de agua y viento que
ha descargado y azotado la bahía,
se ha cebado particularmente
con el Zapatones (He-59) que se
encontraba en el agua amarrado
a su boya. Tanto que, como podemos
ver en la fotografía, a punto
estuvo de hundirse.
Hace 65 años
Descuido mortal
Albacete 23 noviembre 1956
Nos informan de la base aérea
de Los Llanos que, cuando
esta mañana se procedía a
la puesta en marcha de varios
bombarderos Junkers Ju-88, uno
de los soldados que en tierra los
atendía, al retirar los calzos, al parecer
sin la necesaria prudencia,
ha sido alcanzado por las hélices
del bimotor causándole la muerte
instantánea. Su nombre, así se
nos ha dicho, es Sigfrido Herrero
Nebot. La desgracia ha causado
una penosa impresión.
Canciones de la
guerra
Ala música de la popularísima
copla del bando republicano
«Si me quieres escribir, ya sabes
mi paradero», el simpático
«Curro» Vigueras, teniente ametrallador
bombardero en los
Rayos, puso letra narrando una
de las variadas trastadas de un supuesto
teniente Buela. Adelante:
– El teniente Buela un día, llegó
al campo muy ufano
bis
A la orden capitán derribé un
aeroplano
¿Qué aeroplano ha sido ese,
dígame teniente Buela?
bis
Ha debido ser un Rata, por lo
que aprendí en la escuela
¡Que coño va a ser un Rata, si
ha sido un Messerschmitt!
bis
que han llamao de Calamocha
para decírmelo así.
Por tanto yo le digo que por
ser tan despistado
bis
pase usted al calabozo quince
días arrestado.
En la foto, pilotos de Junkers,
que luego pasarían a los Savoia
79, en un rato de relax entre
servicio y servicio. De izquierda
a derecha: Ultano Kindelán,
José Larrauri. Detrás Luis Pardo
«El Herulo», Eladio Goizueta y
Fernando Vara de Rey.
Hace 80 años
Cae un As de Ases
Breslau 22 noviembre 1941
Cuando tratando de sortear una fuerte tormenta desde el aeródromo de Cherson (Ucrania) se dirigía a
Berlín, se ha estrellado fatalmente en Schöngaten, el He-111 en el que viajaba el coronel Werner Mölders
quien, junto al piloto, 1er teniente Kolbe, ha perdido la vida, sobreviviendo milagrosamente, el mayor Wenzel
(ayudante de campo de Mölders) y el suboficial radio.
El as alemán contaba 28 años y había sido ascendido a coronel confiándosele, con categoría de general, el
mando de toda la Aviación de Caza. Se encontraba inspeccionando las unidades de la Luftwaffe en Crimea
cuando se le ordenó regresar a la capital de Alemania para asistir al funeral de Ernst Udet. En su fulgurante
carrera como cazador, iniciada en España, formando parte de la Legión Cóndor, se anotó 14 derribos. Tras
el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ascendió a capitán y como jefe de Escuadrilla y de Grupo, alcanzó
su 20.ª victoria (sin contabilizar las obtenidas en España) concediéndosele la Cruz de Hierro, siendo
el primer cazador que obtenía tal condecoración.
Derribado en combate, hubo de saltar en paracaídas. Preso de los franceses, pocas semanas después era liberado como consecuencia del armisticio.
Durante la Batalla de Inglaterra demostró que, no solo era un destacado combatiente individual, sino que además tenía insuperables
cualidades como jefe de unidad. Sumando y sumando victorias que merecieron las más altas recompensas militares, en julio de 1940 alcanzaba
la 101, colocándose en cabeza de los ases de la caza alemana. Consciente el Führer de que era demasiado valioso para arriesgarse a perderlo, le
prohibió volar en misiones de combate, pero irónicamente el destino le reservaría el inesperado fin que hemos podido ver.
En la preciosa fotografía de Dreesen, que este cronista admiró de joven, vemos a Mölders (a la derecha) junto a Adolf Galland en una actitud
muy cazadora.