revista de aeronáutica y astronáutica / noviembre 2021
954 nuestro museo
En la anterior entrega dejamos
nuestro recorrido por el Museo en la
sala dedicada a los Grandes Vuelos
de la Aviación española, concretamente
en 1928, con la vuelta el 11 de
septiembre, desde Basora (Irak) sin
haber conseguido batir el récord de
distancia en vuelo. En ese momento
estaba en posesión de los italianos
Ferrarin y Del Prete que habían
alcanzado Brasil el 5 de julio en un
Savoia Marchetti S-64, recorriendo
7188 km.
Este vuelo de Ferrarin y Del Prete
constituyó el primer vuelo sin escalas
entre Europa y América del Sur,
concretamente, entre Montecelio, en
la provincia de Roma, y la playa de
la pequeña ciudad de Touros, a unos
80 km de Natal en Río Grande do
Norte en Brasil.
Una vez en España la tripulación seguía
con la intención prácticamente
intacta de volar hacia América. El Gobierno
igualmente continuaba con la
firme prohibición de un vuelo directo
a Cuba, pero Ignacio Jiménez, piloto,
y Francisco Iglesias, ingeniero, ya con
el precedente de Ferrarin y Del Prete
a Brasil, solicitaron de nuevo permiso
para el vuelo sobre el Atlántico, si
no hacia Cuba, sí al menos rumbo a
Brasil, siguiendo una ruta parecida a
la de los italianos. En esta ocasión, el
Gobierno, presidido por el general
Primo de Rivera, con estos precedentes
no pudo negarse ya.
El Jesús del Gran Poder se sometió,
para este nuevo raid, una revisión
a fondo en el aeródromo de
Cuatro Vientos dirigida por Jiménez
con el objetivo de corregir los desperfectos
sufridos en su intentona
de 1928. Se revisó concienzudamente
la estructura del avión y el
motor que fueron las partes más dañadas
por las inclemencias sufridas
sobre el desierto.
Iglesias, por su parte, estudió concienzudamente
el nuevo itinerario
ejercitándose especialmente en las
técnicas de navegación con sextante,
tanto de día como de noche.
Después de las revisiones realizadas
el peso final del avión alcanzó
los 5100 kg, correspondiendo 3018
kg al combustible. Otro motivo de
retraso hasta el mes de marzo fue la
imperiosa necesidad de esperar a
que se ampliara la pista de Tablada,
la franja de despegue, en unos 500 o
600 metros más, fundamentales para
un despegue seguro. El retraso en
las obras hizo que se iniciara el vuelo
cuando solo se había ampliado unos
300 metros con la intención de aprovechar
la fase de luna llena y también
a la favorable situación meteorológica
prevista.
El 1 de enero de 1929 se presentó
el nuevo proyecto de raid cuya ruta
pasaba por Brasil, Uruguay, Argentina,
Chile, Perú, Ecuador, Colombia,
Venezuela, Panamá, Costa Rica, Nicaragua,
Honduras, Salvador, Guatemala,
México y Cuba. Sobre el papel
se pensaba también en una visita a
Paraguay desde Buenos Aires, y otra
a Bolivia intercambiándola entre Chile
y Perú, en definitiva toda Iberoamérica.
La ruta que habría de seguirse
sobre el Atlántico era la ortodrómica
Sevilla-Río de Janeiro, incluyendo la
posibilidad de ir primeramente por
Cabo Verde para saltar desde allí a
Pernambuco y seguir vuelo luego
por la costa brasileña hasta Río.
«Que el Gran Poder de Jesús ayude
al Jesús del Gran Poder» fue el
texto que la hermandad sevillana homónima,
hizo llegar a los aviadores
en un telegrama.
El motivo de los grandes raid españoles
no era tan solo el logro de las
grandes marcas de distancia, había
siempre algo más desde el punto de
vista cultural y emocional. Se trataba
de conectar, además, con la historia
de la España aventurera y descubridora.
Y aquellos españoles aviadores
de 1928 sentían en su interior que
nada espiritual o histórico les unía ni
les llamaba hacia el lejano Oriente.
Su pensamiento estaba puesto siem-
Nuestro museo
Juan Ayuso Puente
Coronel (retirado) del Ejército del Aire