ANIMALES EMBARCADOS EN NAOS Y GALERAS CATALANAS DURANTE LA BAJA...
sar el crecimiento constante de estas; de ahí que roan cabos, velas, piezas de
madera, etc., lo que provoca que todo material guardado bajo cubierta y utili-zado
como repuesto o víveres pueda quedar inservible, lo que a veces, si se
han roto o inutilizado cabos, velas o el timón, puede empeorar aún más la
situación en medio de un temporal o de cualquier otra contingencia. No olvi-demos
tampoco que las heces y orines de las ratas también pueden echar a
perder la comida y bebida de la tripulación.
Tampoco son bienvenidos a bordo los escarabajos, gusanos y otros insec-tos
que aparecen en el cargamento, además de los parásitos que acompañan a
las personas y a los animales, sean ratas u otros semovientes embarcados que
puedan llevar consigo pulgas, garrapatas, piojos, chinches, gusanos, etc.8
Todos estos parásitos pueden provocar enfermedades e infecciones a la tripu-lación,
bajando sus defensas físicas y facilitando la transmisión de epidemias
en estos núcleos poblacionales que conviven en un espacio tan reducido como
una embarcación y a menudo por un largo periodo de tiempo. Así se propagó
la Peste Negra en el año 13489. Las tropas mongolas la trajeron desde las este-pas
de Asia Central, siguiendo la Ruta de la Seda, hacia el Mar Negro y el
Próximo Oriente. Según parece, en el año 1346, los mongoles iniciaron el
asedio de la ciudad genovesa de Caffa, en la península de Crimea, lanzando
con catapulta cadáveres de humanos muertos por peste hacia los asediados.
Infectada la colonia genovesa, parte de la población huyó por mar, a mediados
de 1347, propagando la enfermedad en todos los puertos donde sus barcos
hicieron escala, primero Constantinopla, y después, en octubre de 1347, Mesi-na,
adonde llegaron con la mayoría de sus tripulantes y viajeros enfermos o
muertos y con la presencia inevitable de ratas y pulgas infectadas. Desde el
puerto siciliano, la pandemia se extendió en noviembre a Génova y Marsella,
y de aquí por mar, a finales del mes de marzo de 1348, llegó a Cataluña y
Mallorca (los primeros casos en Barcelona se detectan en abril, donde la
enfermedad estuvo presente hasta octubre). En mayo lo hizo a Valencia10, para
(8) CIFUENTES, Lluís: «La medicina medieval i els viatges per mar», Mot so razo, núm. 3
(2004), 35-44, p. 38. Gilberto el Inglés, en su Compendium medicine (Montpellier, h. 1250),
sentencia: «El regimiento de los que tienen que viajar per mar consiste principalmente en tres
cosas: evitar las náuseas, calmar el vómito y rectificar el mal olor de la mar». Los dos últimos
capítulos de su obra (De regimine iter agentium y De regimine transfretantium mare, del
libro VII) son los más interesantes. En ellos aconseja limpiar la ropa de chinches, piojos y otros
insectos, y mudarse tan a menudo como sea posible. Es interesante también el Lilium medicine
de Bernat de Gordó, el cual aconseja que, «si el viaje es por mar, escoged siempre que os sea
posible un lugar alejado de la sentina y de cualquier suciedad. Y estad al aire libre en el lugar
más alto que podáis». Asimismo da recomendaciones para el mareo y sobre cómo purificar el
agua.
(9) De hecho, la Peste Negra fue una pandemia provocada por la bacteria Yarsinia pestis,
alojada en las pulgas (Xenopsylla cheopis) de las ratas, las cuales actuaban de transmisoras o
transporte de aquellas, que a su vez acababan infectando a la población humana.
(10) CUADRADA, C.: El llibre de la Pesta, Rafael Dalmau, Barcelona, 2012; GÜNZBERG-MOLL,
J.: Vida quotidiana a la ciutat de Barcelona durant la Pesta Negra (1348), m.ed., m.l.,
m.f.; SOBREQUÉS CALLICÓ, Jaume: «La Peste Negra en la Península Ibérica», Anuario de Estu-dios
Medievales, núm. 7 (1970-1971), 67-102.
REVISTA DE HISTORIA NAVAL 154 (2021), pp. 119-148. ISSN 0212-467X 123