peninsulares, en 1860 se ordenó que navegara hasta La Habana, donde quedó
agregada a la escuadra de aquel apostadero. Allí la sorprenderían los prepara-tivos
para la expedición a México, y allí se haría cargo del buque, el 26 de
noviembre de 1861, el comandante designado para la mencionada operación,
capitán de navío Romualdo Martínez Viñalet64.
La participación de la Armada en la campaña mexicana sirvió también para
que las dotaciones de los buques y sus oficiales adquirieran experiencia. En
este sentido, se hace necesario referirse a uno de ellos: Antonio Eulate y Fery,
insigne marino que comandaría el acorazado Vizcaya en el infausto combate
naval de Santiago de Cuba del 3 de julio de 1898, y que era un joven guardia-marina
de 2.ª clase cuando, en diciembre de 1861, fue asignado a la Petronila,
el buque donde servía su padre, Antonio Eulate y Hevia, como capitán de
fragata. De la pluma de este último se conserva un extraordinario diario de
navegación que recoge datos significativos no solo sobre los aspectos cons-tructivos,
técnicos y logísticos de la nave, sino también acerca de los «acaeci-mientos
» más relevantes de las singladuras en las que tomó parte65. Así, por
ejemplo, anotaba Eulate:
«En 19 de noviembre de 1853 se puso la quilla de este buque sobre picadero
no dándole arrufo ninguno; y se botó al agua el día 13 de mayo de 1857 (…); las
dimensiones principales del buque eran: eslora (230 pies y 6 pulgadas), manga
(47/5), puntal (23/4), y 2.600 toneladas de desplazamiento»66.
Un poco más adelante refiere detalles sobre las «máquinas» y el consumo
de carbón durante la expedición:
«2 de la fuerza colectiva de 300 caballos sistema Penn. Montada en el Arsenal
de Cartagena; 2 calderas sistema tubular con 10 hornos. 10 toneladas de carbón
piedra Cardiff (…). Consumo de carbón en la campaña 344 toneladas. Se han reci-bido
en Vera-Cruz 94 T.»67.
(64) De aquel periodo se han encontrado varios escritos e informes sobre la campaña
redactados por Martínez Viñalet, así como datos, muy interesantes, referidos a «ejercicios de
fuego al blanco» realizados con la artillería del buque aquellos días. AGMAB, Expedientes de
buques, leg. 1176/558.
(65) AMN, Ms 1472, diario de navegación de la fragata Petronila, escrito entre 1858 y
1863 y firmado por Antonio Eulate (el nombre del guardiamarina Antonio Eulate aparece refle-jado
en la pág. 63).
(66) Ibídem, p. 28. Hay una gran discrepancia entre estas fechas y las apuntadas en el
expediente de construcción de la Petronila, donde se anota en un lugar: «Se puso la quilla el 22
de febrero de 1854; se botó al agua en 13 de mayo de 1857». En otro escrito, remitido por el
comandante general de Cartagena al marqués de Molins, se especifica sin embargo que la
Petronila «había caído al agua» el 9 de mayo de 1857. Un legajo, por cierto, en el que también
se consignan las fechas de la Berenguela (respectivamente, 10 de febrero de 1854 y 24 de
febrero de 1857) y la Blanca (se puso su quilla el 4 de marzo de 1854). AGMAB, Expedientes
de buques, leg. 1176/557.
(67) Ibídem, p. 63.
Año 2021 SUPLEMENTO N.º 34 A LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL. Núm. 154 33