MARCEL PUJOL I HAMELINK
dóciles– en el interior de Palacio (halcones y otras rapaces53, loros54, papaga-yos55,
monos55, camellos57, cérvidos58, muflones59, avestruces60, faisanes, fran-colines61,
urogallos62, pavos reales63, jirafas, elefantes64 y peces65). Prácticamen-
(53) Juan el Cazador tenía halcones en los dos palacios de Barcelona, en habitaciones
especiales y bajo el cuidado del halconero mayor. ADROER I TASIS, pp. 16-17: «Molts falcons,
astors e cans de diversa natura». BADIA, Lola (ed.): Bernat METGE, Somni I.
(54) ADROER I TASIS, p. 17, n. 40.
(55) «Después nos enseñó un papagayo del tamaño de un grajo o de una urraca, con plumas
blancas y grises en todo el cuerpo, y especialmente en el cuello, como los halcones y gavilanes de
Alemania; tenía la cola de la longitud de la de un grajo, pero roja como el minio, y el pico y las
patas como todos los demás papagayos, aunque de distinto género que los verdes. Por último, nos
enseñó un tordo de color azulado, que, según se nos dijo, pronuncia algunas palabras, aunque
nada le oí hablar mientras estuvimos allí». PUYOL, Julio: «Jerónimo Münzer. Viaje por España y
Portugal en los años 1494 y 1495», Boletín de la Real Academia de la Historia LXXXIV, 1924,
p. 47, 1329: «Pagam an Jacme Cama mercader per un papagay que’n compram a obs del senyor
Rey». AGUILÓ, E.:«Notes delsllibres de dades de la procuració real, any 1329. Dades extraordinà-ries
», Bolletí de la Societat Arqueològica Lul·liana IX, 1901, p. 116, 1400: «Nos faem portar un
vostre papagall»; RUBIÓ I LLUCH, Antoni: Documents per l’història de la cultura catalana mig-eval
II, Barcelona, 1908-1921, p. 355. El Atlas Catalán (1375) nos muestra dos papagayos verdes
en el río Nilo y uno en las manos del sultán de Babilonia. PUJADES I BATALLER; Les cartes porta-lanes…;
RENEDO PUIG, Xavier: «El papagai i l’Orient (notes sobre la història del papagai a l’Edat
Mitjana)», Annals de l’Institut d’Estudis Gironins XLIX, 2008, 367-391.
(56) En 1411, la nao de Simó Moncofa, de Barcelona, es capturada por tres naos genovesas
en Cerdeña cuando volvía de África. En el inventario constan una serie de jaulas: una con 40 galli-nas,
otra con 20, otra con 34, etc. En total llevaba unas cuatrocientas, además de monos, halcones,
azores y papagayos. A los monos, cuando son citados en catalán, se les llama bugies o bugiots, por
la ciudad norteafricana de Bugía. Ya estaban documentados en las tarifas de la Lezda (1284) y los
Estatutos de corredores de Perpiñán (1295) como «bugia, o simi, o maymo, cascun VI d.». ALART,
A.: «Documents sur la langue catalane des anciens comtés de Roussillon et de Cerdagne», Revue
des Langues Romanes IV, 1873, p. 376; V, 1874, p. 87. «Vengueren a un palau on staven totes les
bugies, e lo bugiot d’ellestava assegut dalt». AGUILÓ I FUSTER, Marià (ed.): Recull de Eximplis e
Miracles, Gestes e Faules e altres ligendes, ordenades per A-B-C, tretes dʼun manuscrit en perga-mí
del començament del segle xv I, Alvar Verdaguer, Barcelona, 1881, p. 30.
(57) ROSSELLÓ, R., y BOVER, J.: «Camellos y leones de Berbería para el rey de Cataluña-
Aragón, 1373», Kasbah, núm. 6, 1995, pp. 4-5.
(58) En 1314, Pedro el Ceremonioso ordena a los alcaides de Teruel, Calatayud y Alba-rracín
que capturen doce o quince corzos jóvenes, machos y hembras, y los envíen a Zaragoza,
para desde aquí ser embarcados y transportados por el Ebro hasta Tortosa, y luego por mar
hasta Barcelona, donde serían llevados a la dehesa real de Valldaura. Posteriormente, Martín el
Humano también ordena traer gamos, en este caso desde Mallorca, para su pabellón de caza de
Valldaura. JULIÀ I VIÑAMATA, Josep Ramon: «Jocs de guerra i jocs de lleure a la Barcelona de
la baixa edat mitjana», Revista d’Etnologia de Catalunya, núm. 1, 1992, p. 19.
(59) En 1487, un mercader de Valencia compra para su hijo un muflón de Cerdeña que al
poco tiempo muere, y es reemplazado por un corzo, animal mucho más dócil y limpio. SECHE,
G.: Un mare di mercanti..., p.151, n. 76.
(60) En 1400, Martín el Humano regala avestruces del palacio de Barcelona al rey de
Navarra, para su zoo del palacio de Olite. ADROER I TASIS, p. 11. También se documenta uno en
el palacio de Perpiñán en 1347. CATAFAU, Aymat: «Les jardins disparus du château royal de
Perpignan, une visite virtuelle par les textes», Patrimoines du sud, núm. 8, 2018, p. 15.
(61) En el Palacio Menor de Barcelona había una jaula donde se criaban faisanes y fran-colines.
ADROER I TASIS, p. 11.
(62) Juan el Cazador recibió urogallos del valle de Arán. Ibídem, p. 14.
140 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 154 (2021), pp. 119-148. ISSN 0212-467X