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DICIEMBRE 2020
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Figura 3. Detalle del visionado del equipo SOLO PRO 360
No obstante, Israel buscaba la confirmación oficial por parte de UNIFIL de la violación
de la Blue Line, por lo que permitió la continuación de los trabajos del ETI.
En consecuencia, se realizó una segunda visita al día siguiente. En esta ocasión se había
realizado otra perforación a unos cinco metros de la primera en dirección a Israel.
Esta vez, sí se pudo confirmar una dirección, pero era imposible de nuevo establecer
la violación de la resolución 1701, al no disponer de medios para poder verificar que el
túnel, a más de 25 metros de la Blue Line, procedía del Líbano. La neutralidad exigida
a Naciones Unidas demandaba un rigor exhaustivo, que no obedeciera a presiones y
sí a comprobaciones técnicas3. La falta de equipo adecuado era sin duda un problema
añadido y la premura de la necesidad de datos por parte del Consejo de Seguridad impedían
que llegara material a tiempo.
3. TRES TÚNELES MÁS
Apenas un par de días después Israel anunció la aparición de más túneles, lo que derivó
en nuevas inspecciones del ETI los días 10, 11 y 13 de diciembre. Una vez más, el equipo
carecía de información precisa. El día 10, se presentó una perforación realizada a un
metro del muro de seguridad que Israel había instalado a base de T-walls en la frontera
con el Líbano. Dicho muro, sin embargo, estaba a unos 8 metros de la Blue Line.
Las IDF habían realizado varias perforaciones a lo largo del muro, lo que demostraba
que se estaban haciendo sondeos cada cierta distancia. El segundo túnel (desde ahora
túnel B) estaba reforzado con hormigón armado aplicado in situ (no procedente de
prefabricado) para sostener las paredes del mismo. Este se encontraba a 19,60 metros
de profundidad.
3 (Peace and Security, 2018)