Glorieta dedicada a la memoria del comandante Rivera
tener noticias precisas del atentado y conocer
las acciones a desarrollar emitidas por el Coronel-
Jefe de Estudios y su Secretaría. Desde esta última
se determinó que varios profesores, vinculados a
la propia Jefatura de Estudios, se desplazaran al
lugar del atentado ofreciendo los apoyos y las
ayudas necesarias e informaran posteriormente
de las medidas adoptadas al efecto, así como
de la situación fi nal de los fallecidos y de los heridos.
Se vivieron escenas emotivas en la propia
Academia cuando todos los cadetes acudieron
voluntariamente a donar sangre para los heridos.
Pese al terrible suceso, las clases no se modifi -
caron en la Academia y los cadetes continuaron
con sus actividades como cualquier otro día sin
variar la programación académica. La lista de
fallecidos y de heridos que las fuentes ofi ciales
informaban iba poco a poco ampliándose con
el paso de las horas y el grado de preocupación
por la vida de los compañeros que no estaban en
la Academia era una constante. Muchos de los
heridos estuvieron durante meses hospitalizados y
tuvieron una lenta recuperación.
Como una muestra de la barbarie de ETA, el
comandante Juan Cervera, profesor de la Academia,
relató desde su estancia en el hospital a
consecuencia de las heridas sufridas lo siguiente:
“Todo fue instantáneo, yo me quedé paralizado
en el asiento. No había notado antes nada
anormal que hiciera presagiar lo sucedido. Después
de la explosión salí del autobús por mi propio
pie, como la mayoría de mis compañeros. Y
hasta que no llegué al Hospital Militar no me di
cuenta de lo que realmente nos había sucedido”
6.
Al día siguiente del atentado, se celebró un solemne
funeral en el patio de Armas de la Academia
que fue presidido por el Ministro de Defensa,
Narcís Serra, acompañado del capitán general
de la Región Militar Pirenaico Oriental, Baldomero
Hernández, y otras autoridades civiles y militares.
El dolor y la profunda tristeza por la pérdida de un
gran militar, el comandante Rivera Sánchez, y del
conductor del autobús, Ramos Saavedra, estuvieron
presentes en los rostros de todas las personas
allí congregadas. El recuerdo de los múltiples
heridos también se palpaba en el ambiente. El
silencio en el recinto militar fue impresionante, un
silencio diferente a cualquier otro y que en los actos
castrenses adquiere verdadero sentido, profunda
emoción y precisa de una gran templanza
de ánimo.
En la homilía de la misa celebrada, el entonces
capellán de la Academia General Militar,
Emilio del Moral, dijo a los allí presentes:
“Desgraciadamente, la inhibición, los paños
calientes, las disculpas, los aplazamientos o reservas
en las condenas tajantes del terrorismo son en
muchos grupos moneda común; algunos incluso
les prestan su simpatía y alientan con su apoyo a
este baño de sangre y destrucción”7.
El Ministro de Defensa, que anteriormente había
visitado a los heridos, señaló: ningún punto de
España está libre de que se produzca un atentado
como éste, pero no pensábamos que iba a
ocurrir en Zaragoza8.
El delegado del Gobierno afi rmó que algunos
días antes del atentado hubo una reunión con
mandos militares y la policía respecto a las medidas
de seguridad a tomar frente a la posibilidad
de un atentado: no es fácil buscar otro recorrido,
pues la salida de Zaragoza hacia la Academia
Militar es por el mismo sitio: el puente de Santiago.
El autobús militar hacía el mismo recorrido diario
recogiendo desde diferentes paradas próximas a
sus domicilios al personal militar y civil que trabajaba
en la Academia.
A raíz del atentado, el Ministro del Interior, José
Barrionuevo, se reunió con personal de su departamento
con objeto de establecer medidas preventivas.
Así mismo, el ministro envió a Zaragoza
a un equipo de la Brigada Central de Información
para ayudar en la cooperación de la investigación
de la acción terrorista.
La mayoría de los partidos políticos condenaron
el atentado, sólo el Partido Comunista de
España (PCE) “reiteró la necesidad de medidas
políticas contra el terrorismo” y vinculó la acción
terrorista a la detención del comando Madrid de
ETA acaecido recientemente. El PSOE hizo un llamamiento
a la ciudadanía para que apoyara a
las Fuerzas del Orden en la lucha contra el terrorismo.
Alianza Popular, el Partido Demócrata Popular
y el Partido Liberal condenaron enérgicamente
el atentado. El Partido Nacionalista Vasco
(PNV) expresó en un comunicado que “siempre
82 Armas y Cuerpos Nº 146 ISSN 2445-0359