Comedor de cadetes al aire libre en el campamento
Reparto del rancho en Santo Domingo de la Calzada.
Platos de aluminio y jarrillos de las cantimploras
El rancho
Un ejemplo del menú que comían los cadetes
un día cualquiera fue: en el desayuno: café
con leche, mermelada, huevo frito, bocadillo de
salchichón y panecillo. Primera comida: ensalada
ilustrada, par de huevos escalfados, pollo con
patatas panadera, vino tinto de Rioja y melocotón
con almíbar. Y la segunda comida: patatas
con bacalao, merluza en salsa rebozada, vino tinto
de Rioja y naranja. Menú nada despreciable si
tenemos en cuenta que hasta 1952 existieron “los
cupones de racionamiento” para toda la población
española.
La comida siempre fue buena excepto en una
o dos ocasiones. El más grave percance fue la
intoxicación que sufrió la Academia en la noche
del 11 al 12 de junio de 1967. Sobre la una de la
madrugada, debido al mal estado de uno de los
platos “numerosos profesores, cadetes y personal
del campamento sufrieron una fuerte colitis que
presentaban síntomas de náuseas, mareos, fi ebres
altas y vómitos”. Los primeros afectados fueron
evacuados a la enfermería del campamento,
pero como los casos aumentaron en una progresión
alarmante, los que caían enfermos debieron
permanecer en las tiendas atendidos por aquellos
compañeros sanos.
El servicio médico de la Academia debió
afrontar con prontitud la alarma creada, atendiendo
a todos los enfermos y dando las pautas a
seguir en las horas y días siguientes. El Servicio de
Sanidad de la Academia fue ayudado por el médico
y por el practicante del pueblo, Eliseo Cadarso
Gutiérrez y Federico Muñoz Rueda, respectivamente.
El alcalde Cecilio Valgañón Robredo
se puso a entera disposición de los mandos de la
General para controlar en su totalidad la intoxicación.
Muñoz Rueda fue posteriormente condecorado
con la Cruz del Mérito Militar de Primera
clase, con distintivo blanco, por el gobernador
civil de la provincia de Logroño.
A la mañana siguiente, los cadetes
sanos distribuyeron el desayuno
a sus compañeros tienda por tienda.
Tres días más tarde fi nalizaron las
prácticas de montaña y las unidades
fueron escalonadamente retirándose
a Zaragoza.
Medios aéreos
Fue en las prácticas de 1958 cuando
la Academia empezó a contar en
sus maniobras con la colaboración
de medios del Ejército del Aire. De Zaragoza
dos avionetas Cessna L-19 se
trasladaron al aeródromo militar de
Agoncillo, a unos doce kilómetros de
Logroño, desde donde despegaban
para realizar los pertinentes ejercicios
de reconocimiento visual y fotográfi -
co, ensayos de enlace tierra aire en frecuencia
modulada, ensayos de recogidas de partes aire
suelo, vuelos de inspección de los despliegues y,
en algunas ocasiones, sobrevuelos de los desfi les
que la Agrupación realizaba.
Pero estas prácticas tenían sus riesgos. El 11 de
junio de 1970, una de las Cessna pilotada por el
teniente Zaldívar, de la 912 escuadrilla aérea táctica,
con el capitán profesor Vicente Carretero
Royo de observador, capotó incendiándose teniendo
que abandonar el aparato los dos ocupantes
envueltos en llamas, que apagaron revolcándose
en el suelo. Los dos fueron evacuados a
Logroño con quemaduras graves, recuperándose
posteriormente.
Abril - 2021 Armas y Cuerpos Nº 146 95