DICIEMBRE 2021
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ticas, en orden a buscar la aplicación práctica de sus
conocimientos al servicio de la Corona. Sin embargo,
los ambiciosos objetivos teóricos iniciales se redujeron
drásticamente en la práctica, y las enseñanzas
se centraron fundamentalmente en la cosmografía y
la navegación.
Tal como ya sucediera con la escuela palatina de la
Corte de los Reyes Católicos, la principal misión de
la Academia era proporcionar instrucción científica
y técnica a los jóvenes cortesanos. Pero en este
caso se hacía hincapié en los saberes prácticos y
matemáticos, y además también estaba abierta gratuitamente
a otros alumnos, en concreto a aquellos
a quienes interesaban determinadas profesiones:
cosmógrafos, astrónomos, geómetras, aritméticos,
arquitectos, pilotos, ingenieros, artilleros, fortificadores,
etc.
Fig. 4. Publicación de la Institución
de la Academia. Fuente: DICTER
Durante la existencia de la Academia, las lecturas
(clases) se impartieron en el Real Alcázar de Madrid
y en una casa en la calle del Tesoro, próxima a la desaparecida Puerta de Valdanú (o
Balnadú), delante de la fortaleza real, destruida por un incendio en 1734 y cuyo solar
ocupa actualmente el Palacio Real.
Fig. 5. Plano de las puertas de Madrid. Fuente: Amigos del Románico