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DICIEMBRE 2021
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“Generalmente la determinación de las posiciones obedecía a razones políticas
más que de índole militar, siendo la Policía la que aconsejaba su emplazamiento.
Y en muchos de los casos determinaba su precisa situación…Así ocurrió
con las posiciones de Annual, Yebel-Uldia…” (PICASSO, 1921, f. 1130 v).
Por tanto las posiciones no eran elegidas desde un punto de vista militar sino que en
muchas ocasiones se colocaban en puntos para dar seguridad a una determinada kábila
a indicación de la Policía. No se tenía en cuenta el parecer del Estado Mayor de la
Comandancia, ni el de la Comandancia de Ingenieros, ni del jefe de la unidad que iba a
ocupar la posición. Además habitualmente se le ofrecía una pensión, de quinientas pesetas
al notable de la kábila próxima como soborno. La posición, después de la retirada
de las tropas de acompañamiento, quedaba aislada junto a los kabileños teóricamente
amigos y armados.
Otro factor a tener en cuenta era el alcance de la artillería de la época que no superaba
los siete kilómetros. Las posiciones separadas más de esta distancia, si no disponían
de artillería propia, no tendrían esta posibilidad de defensa.
Resulta realmente imposible ejercer el dominio del terreno en un frente de 50 kilómetros
y una profundidad cerca del doble, con una fuerza similar a una División actual, y tras
haberse establecido unas 144 posiciones en toda la profundidad del territorio.
La fortificación con parapetos de obra, se utilizó, como construcción nueva o mejora de
la ya existente, durante la campaña de 1911-1912. Existen planos de esa fecha 27. Pero
no se hacía en las posiciones que se fueron ocupando desde 1920, se realizaba una
fortificación de campaña muy elemental. Se pensaba que no era necesario fortificarse
en exceso al no disponer el enemigo de artillería .Por tanto no se hicieron obras a prueba
de cañón. El terreno generalmente, debido a su dureza, no permitía la excavación.
y tampoco importaba mucho disimular el relieve de las posiciones y puestos permanentes,
porque el enemigo conocía de sobra su emplazamiento. No se establecía una
organización defensiva de trincheras continuas y lineales, por la dureza del terreno y
porque no era una guerra con frente definido al poder ser atacadas por cualquier punto.
Se fortificaba en forma de anillo rodeando completamente la posición con alambrada
y parapeto. A las posiciones importantes se le fueron añadiendo construcciones adosadas
o no que las hicieron indefendibles: Monte Arruit es un claro ejemplo (PICASSO,
1921, 51 N, f. 6179).
Si había piedras cerca de la posición, se construían parapetos a base de piedra seca
28 completándose con sacos terreros 29, junto con alambradas normalmente de doble
fila de piquetes 30. A pesar que en el parque de la Comandancia de Ingenieros había
suficientes sacos terreros (más de 190.000 en julio de 1921) en algunos casos como en
27 IHCM, AGMM. Cartoteca. (por ejemplo planos Batel MAR 38-04, Zeluan MAR 38-09, Monte Arruit MAR 38-11)
28 Muros de piedras encajadas unas con otras, eligiéndolas por su tamaño y forma. No permite mucha altura al estar
colocadas sin mortero. no se tallaban para un mejor encaje, por no disponer de herramienta y ser muy laborioso.
Encima de la piedra se completaba con filas de sacos hasta alcanzar la altura necesaria para el parapeto, o la posible
por el material disponible.
29 El uso de sacos terreros evita los rebotes, no así la piedra seca.
30 En el Parque de Ingenieros de Melilla no había existencias de piquetes metálicos, mucho más resistentes y de más
fácil penetración en el terreno que los de madera. (FERNÁNDEZ, 2011, p. 129.) (Para posición como Abarrán con
250 hombres que ocupaba un rectángulo aproximado de 65m x 12m y una separación de la alambrada de 25 metros
al parapeto, serían necesarios en total 5.890 m de alambre para un alambrada de dos filas de piquetes lo que daría
la posibilidad de construir alambrada para no más de 4 posiciones similares a Abarrán. En cambio por número de
piquetes las posibilidades serían casi diez veces más, a pesar de la rotura del material de madera. Igueriben tenía
una dotación de unos 350 hombres con un perímetro mayor).