Von Moltke (el joven): sobrino del artífice de la unificación alemana. En 1906 fue nombrado Jefe de Estado Mayor por Guillermo II,
cargo que aceptó con la condición de que el emperador no se entrometiera en sus decisiones.Pero después de su fracaso,
problema de «la influencia del comandante
», que consistía en que si un oficial
de los equipos contendientes era
más antiguo que el árbitro trataba de
hacer prevalecer su visión. Esto llegó
a su punto máximo en un ejercicio
liderado por Moltke ante Guillermo
II de Prusia. El káiser, una vez que
Moltke finalizó la exposición sobre la
situación y el escenario, no permitió
que comenzara a exponer su plan el
más moderno, como estaba marcado
en el procedimiento, sino que enseguida
afirmó que tenía el plan perfecto.
Pasó a exponerlo y ningún oficial
osó contradecirle.
Como conclusión de este punto,
podemos afirmar que el juego de
Reiswitz supuso el cambio más radical
en la historia de los juegos de guerra.
Convirtió lo que era un pasatiempo
de las élites aristocráticas en una
herramienta de adiestramiento militar
con resultados prácticos muy positivos.
De hecho, un gran número de
autores atribuyen los éxitos militares
prusianos y alemanes de esta época a
la utilización exhaustiva de los juegos
de guerra, como Spencer Wilkinson,
el creador de los juegos de guerra británicos,
quien observó que todos los
oficiales prestigiosos del Ejército alemán
de finales del siglo xix tenían en
común que pertenecían a clubes de
juegos de guerra.
ambos comenzaron a distanciarse y la relación acabó en enemistad
LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL
Alfred von Schlieffen, jefe del Estado
50 / Revista Ejército n.º 971 • marzo 2022
Mayor alemán, desarrolló en el
año 1905 uno de los juegos de guerra
que mayores repercusiones han tenido
en la historia. La ejecución de su
plan, con modificaciones, en el inicio
de la Primera Guerra Mundial supuso
el comienzo de este conflicto, en el
que su país fue derrotado, e inició una
crisis sin precedentes que llevaría al
ascenso del nazismo y a la Segunda
Guerra Mundial.
El juego trataba de encontrar posibilidades
para franquear las defensas
francesas atravesando Bélgica y Holanda.
De esta forma, y siguiendo una
amplia maniobra, se pretendía embolsar
las fuerzas francesas centradas
en la defensa de la frontera alemana.
Contraviniendo lo que marcó Moltke
en su momento, dos jóvenes tenientes
se encargaban de simular las fuerzas
francesas y británicas, en vez de oficiales
experimentados. Las conclusiones
del juego fueron que existía la
posibilidad de destruir el ejército francés
antes de que las fuerzas británicas
pudieran acudir en su ayuda.
Al año siguiente, en 1906, se produjo
el relevo del jefe del Estado Mayor y el
puesto recayó en Helmuth von Moltke,
sobrino del anterior. Al igual que su tío,
era un gran defensor de la utilización
de juegos de guerra y en esa época
estaba implicado en juegos para comprobar
los efectos del empleo masivo
de medios que no habían estado
disponibles en conflictos anteriores,
como los submarinos o la aviación.
Una vez llegado al cargo, decidió revisar
el juego de Schlieffen. Una de las
conclusiones a las que llegó fue que
no se habían tenido en cuenta elementos
fundamentales en ese momento,
como el empleo de la potencia
de fuego de las ametralladoras, por lo
que los cálculos de bajas eran inferiores
a los reales. Además, se obviaron
los aspectos logísticos, que ya se estaban
teniendo en cuenta en los juegos
desarrollados por Italia.
Al detectar estas carencias, Moltke decidió
repetir el juego para obtener nuevas
conclusiones. El resultado fue que
aprendieron importantes enseñanzas
logísticas, ya que en el desarrollo del
juego las fuerzas alemanas se quedaban
sin suministros dos días antes de
la finalización de las operaciones. La
consecuencia inmediata, por primera
vez tras realizar un juego de guerra,
fue que Moltke ordenó crear las dos
primeras unidades motorizadas de la
historia, constituidas por dos grupos
logísticos de municionamiento.