Fuerte de Galeras (Cartagena). Archivo del autor
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UN ESCRITOR PATRIÓTICO
El 24 de mayo de 1809 estaba presente
en la plaza un antiguo oficial de marina
e ingeniero naval que con anterioridad
había tenido su destino en este
departamento y se separó del servicio
en 1800. Se trata de José Mor «de
Fuentes» Pano, que entregó a la junta
un extenso informe en el que decía que
había llegado «huido de Madrid por la
tiranía de los franceses»7 y explicaba la
situación que se encontró en el trayecto
exponiendo una serie de observaciones
relacionadas con el despliegue
de las fuerzas francesas. Llegó el aragonés
a Cartagena después de haber
sido destacado protagonista en el primer
sitio de Zaragoza. Eligió esta ciudad
sin duda animado por la presencia
en ella de antiguos compañeros de la
Armada, entre ellos Gabriel de Ciscar,
y aquí continuó sus trabajos literarios,
muy relacionados con la guerra que
estaba viviendo toda España. Permaneció
en Cartagena hasta que su inquieto
espíritu le llevó a Valencia y, más
tarde, al encuentro del general Blake.
En cuanto a sus obras, además de
varios papelillos que solía insertar
en el diario y de diálogos satíricos,
publicó Reflexiones sobre el estado
de la nación española, que fue impresa
en 1810 en Cartagena en la
imprenta de marina. La firmó como
el patriota y la fechó el 23 de junio.
También en 1812 publicó un sainete
que se representó el 30 de mayo.
Aunque no mereció gran aplauso, lo
extendió a una comedia titulada El
egoísta o el mal patriota, con una loa
para el Día de San Fernando. Y abundante
fue su producción de obras
político-militares, pues él mismo
nos refiere los folletos titulados Las
Cortes y la regencia, El ingenuo,
Nuevos desengaños, un poema sobre
la libertad de imprenta después
de ser sancionada por las Cortes y,
finalmente, uno absolutamente militar,
con el título Elementos de táctica
superior. La noticia de la victoria
de los Arapiles, que recibió por
boca del entonces gobernador militar
Uriarte, excitó de nuevo sus impulsos
y marchó a Madrid.
UNA ALFÉREZ DE CABALLERÍA
La presencia en Cartagena de Francisca
de la Puerta, alférez de caballería
del Escuadrón de Caballería Ligera
de Cazadores de Castilla, es debida a
su agregación al Estado Mayor de la
plaza por Real Despacho de 1 de diciembre
de 1810 para que continuara
en ella sus servicios. En mayo del año
siguiente, el gobernador le cursó una
instancia en la que solicitaba «que,
en atención a sus méritos y estrechez
con que dice subsistir por el corto haber
de ciento ochenta reales de vellón
mensuales, se digne S. A. concederle
la gracia del haber por entero correspondiente
a la graduación que
obtiene». Pero en 1815 residía a una
legua de Madrid, en Vallecas, y se le
concedió en noviembre de 1818 el retiro
como disperso en Segorbe8. Hasta
aquí lo expresado de esta tudelana
en su expediente personal, a lo que
algunos investigadores han aportado
interesantes notas biográficas que
nos ofrecen una visión más completa
de su actividad en el campo de la