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1.º Pese a haberse iniciado las gestiones
con anterioridad, no es hasta la
segunda quincena de octubre cuando
el embajador de España en París formaliza,
siguiendo las instrucciones del
director general de Orden Público, la
compra del carro objeto de la suscripción,
en tanto que el pedido del Ministerio
de la Guerra se había formalizado
en el mes de septiembre y abonado
contra una partida de dicho ministerio.
De hecho, la fecha de recepción del
material no es la misma, ya que hay
noticias de la llegada del carro adquirido
a cuenta de la suscripción policial
el día 3 de enero, en tanto que el pedido
realizado por el Ministerio de la
Guerra se había recibido el 17 de diciembre
anterior, lo que indica que se
trata de dos lotes diferentes.
2.º Una prueba de que el carro de referencia
no figura dentro de la partida
encargada por el ministro de la Guerra,
Juan de la Cierva, la tenemos en
el periódico madrileño La Libertad,
que, en su edición correspondiente
al 18 de enero de 1922, al referirse a
la entrega del vehículo al Ejército, titula
la noticia con la expresiva frase:
«Ya tiene el Ejército un tanque y no lo
ha comprado La Cierva», lo que indica
que el entregado por la Dirección General
de Orden Público no fue abonado
por el ministerio encargado de los
asuntos militares, que sí había gestionado
la compra del pedido inicial.
3.º Como veremos más adelante, hay
constancia de que el carro «Infantería
n.º 5», ordinal entre los diez pedidos
inicialmente, queda adscrito para
instrucción a la sección de infantería
de la Escuela Central de Tiro en unión
del venido en 1919 y de que tras sus
pruebas quedó, en principio, a disposición
de dicho organismo, aunque
con adscripción a la sección de artillería
de dicha escuela, como demuestra
el numeral que ostenta —«Artillería
n.º 172», luego ATM 1080— en unas
pruebas realizadas en Carabanchel
en marzo de 1920 y a las que hace referencia
la publicación Mundo Gráfico,
si bien posteriormente pasó a depender
de la sección de infantería al
quedar los carros de asalto adscritos
al Arma.
4.º Si tenemos en cuenta lo antedicho,
y por lo que sabemos de la orgánica
de la compañía de carros de asalto
que se crea (se constituye con base
en dos secciones de cinco carros
cada una y un vehículo de mando FT-
17 TSH o TSF, como también se le conoce),
nos encontramos con un total
de once carros integrantes de dicha
unidad, contando el de mando, todo
ello descontando el carro «Infantería
n.º 5» y el ATM 1080, ambos destinados
como vehículos de instrucción en
la Escuela Central de Tiro, lo que demuestra
la existencia de un carro adquirido
fuera del pedido inicial, que no
es otro que el que se gestiona a expensas
de la suscripción policial.
5.º Por otra parte, en el historial del
RIAC «Alcázar de Toledo n.º 61», depositario
y heredero de la tradición
carrista española, se señala que los
vehículos FT-17 adquiridos en 1921
fueron numerados inicialmente del
2 al 13, correspondiendo el n.º 2 al
de mando y los restantes a los armados
con ametralladoras; a estos habría
que sumar el recibido en 1919,
al que, aun sin estar numerado como
los anteriores, le correspondería simbólicamente
el n.º 1 por ser el más
antiguo y de un modelo que presenta
ciertas diferencias con los restantes.
Se alcanza en total la cifra de trece
carros, una prueba más que avala
todo lo antedicho.
Otra vista del FT-17 en la Base Militar de El Goloso