EL ALMIRANTE JUAN DE CASTAÑOS (1604-1679). ORÍGENES Y TRAYECTORIA...
regidor, como la mayoría de los testigos aducían, «como hombre principal y
noble»87. Un buen ejemplo de la consideración y el concepto de oficio vil o
mecánico que tenían los vizcaínos nos lo da el declarante Pedro de Loizaga,
quien sin aparente contradicción atestiguaba
«que no ha visto, oído, ni entendido que (…) ejerciesen oficio vil ni mecánico, que
en lo que vio ocupado a Joan Castaños padre del pretendiente algunos años fue en
asistir en las herrerías trabajando en ellas en labrar fierro, mas que esta ocupación no
tiene por baja ni menos decente porque los que se ocupan en este género de trabajo
no son herreros de mandil ni necesitan de examen, sino que labran el fierro y los
pagan su jornal, mas esto no embaraza en esta tierra para gozar los oficios honorífi-cos
de ella como obstan los oficios de herrador, herrero y otros de esta calidad»88.
La mayoría de los testigos de Baracaldo, empero, decían haber visto vivir
al padre del almirante de administrar su hacienda89, y cuando eran preguntados
por la estimación en que se tenía el oficio de asistir en herrerías, prácticamen-te
la totalidad respondía con el argumento del mandil y el examen. Esto
provocó que el proceso se alargara, pues los agentes del Consejo de Órdenes
tuvieron que consultar a un gran número de testigos, con tal de averiguar si las
noticias del padre se debían a un bulo infundado por la animadversión90, o se
trataba de la verdad. Los propios declarantes que afirmaban saber que el padre
trabajaba en herrerías no se ponían de acuerdo sobre el papel que desempeña-ba.
Unos decían que era «aroça o macero en nombre castellano», o «hundi-dor
», mientras que otros indicaban que invertía en las herrerías proporcionan-do
carbón de su hacienda a cambio de una cantidad de hierro labrado, sin
llegar a trabajar con sus manos en el proceso91. Sin embargo, Antonio de Aran-guren,
dueño de la herrería de Hernando de Aranguren, confirmaba que el
padre del almirante había asistido «al sacar fierro pagándole su salario habien-do
entendido ser su ocupación aquella». La declaración quedó demostrada
cuando exhibió a los agentes un libro de la herrería de su padre en el que figu-raba
que, en 1616, a Juan de Castaños le habían sido descontados ocho reales
de una deuda por haber trabajado como fundidor en la herrería. Otros testigos
dueños de herrerías también confirmaban que el padre del almirante había
(87) AHN, Caballeros Santiago, ff. 5r-12r.
(88) Ibídem, f. 10r.
(89) «… que consistía en sembrar trigo y maíz y en labrar algunos frutales que es lo que
hay en este valle».
(90) Bernabé de Larrazábal sostenía que, si alguno acusaba al padre del almirante de tener
oficio mecánico, «no puede fundar eso sino en alguna pasión». Ibídem, f. 32r.
(91) Tal era su oficio en opinión de Martín de Estrada: «El dicho Juan Castaños tenía
parrales y arboledas de que sacaba carbón con los criados de su casa y lo llevaba a las herrerías
y con los dineros de ellas mediante oficiales labraban hierro a medias con los dichos dueños de
las herrerías sin que (…) por su persona obrase nada sino atendía al ver sacar el hierro y tomar
la parte que le tocaba». Antonio de Arteaga decía en cambio que se dedicaba a comprar vena
para que se la convirtieran en hierro labrado con el que comerciar. El capitán Urcullu refería
que aquella tarea la realizaban sus criados, añadiendo que asistir en herrerías no era trabajo
mecánico, sino «arte de ingenio y liberal». Ibídem, ff. 11r-25r.
REVISTA DE HISTORIA NAVAL 152 (2021), pp. 83-108. ISSN 0212-467X 99