RECENSIONES
ses respectivamente. Pablo de la Fuente analiza las diferencias entre dichos
técnicos, los motivos de su contratación y las huellas que su paso dejó en
España. Y también analiza las actividades desarrolladas, las materias primas
utilizadas –sobre todo maderas– y los productos elaborados –principalmente
arboladura–. En uno y otro caso caso, la llegada de personal extranjero estu-vo
unida a la gran demanda de construcción de barcos de guerra para la
Armada.
El libro consta de una introducción, en la que el autor expone sus propó-sitos,
para pasar a una primera parte dedicada a Sant Feliu, una segunda
dedicada a Ferrol y unas conclusiones finales. La parte principal es la dedi-cada
a los dos astilleros. El primero es Sant Feliu de Guíxols, de vida efíme-ra,
limitada a principios del siglo XVIII y donde operó personal francés. Y el
segundo es Ferrol, de mediados del siglo XVIII, en el que trabajó personal
inglés.
El autor comenta la situación española a principios del siglo XVIII, la llega-da
de los Borbones, el estado de la marina de guerra, los planes navales, la
guerra de Sucesión y la entrada en escena de Patiño en una época en que unos
pocos barcos se obtenían en astilleros guipuzcoanos y habaneros, o en Francia
e Inglaterra, hasta llegar al astillero de Sant Feliu. Y expone los motivos por
los que se eligió dicho lugar, en vez de Barcelona o Rosas. Patiño eligió Sant
Feliu de Guíxols como lugar más idóneo por tener una amplia playa, materias
primas cercanas, poder político local pro borbónico e infraestructura militar
próxima, y por contar con un tejido productivo relacionado con la construc-ción
naval y hallarse relativamente cerca de la base francesa de Tolón. Estudia
las posibilidades logísticas de un astillero que nunca fue arsenal. Examina sus
estructuras, trabajos realizados y barcos construidos, entre ellos el Real Feli-pe,
de tres puentes y diseño francés, botado en 1717. Y hace referencia a los
navíos de 60 cañones del sistema Gaztañeta, como el Gambi, botado en 1718,
o el Catalán, en 1719.
Y continúa el trabajo con el análisis del astillero y arsenal de Ferrol, que
nació al calor de la discusión entre quienes aseveraban que España tenía
bastante con dos arsenales, uno en Cartagena, para atender al Mediterráneo, y
otro en Cádiz, para el Atlántico, y quienes sostenían que además vendría bien
disponer de otro emplazado en Ferrol. Y el proyecto ferrolano salió adelante,
al contar con una amplia ría bien defendida y resguardada en la que podían
entrar muchos barcos. Fuente de Prado estudia sus infraestructuras, logística y
personal. Y por supuesto no puede dejar de hacer mención de Jorge Juan y sus
actividades, aventuras y misión de espionaje en Londres, en cuanto artífice de
la venida de técnicos británicos a España, muchos de los cuales recalaron en
Ferrol. La obra termina con los barcos de 68 cañones construidos en el astille-ro,
entre ellos el Triunfante, el Soberano o el Monarca.
En definitiva, la obra que reseñamos constituye un detallado análisis de
Sant Feliu y Ferrol, dos centros navales emergentes del siglo XVIII, en cuyos
quehaceres fueron muy importantes las labores desarrolladas por técnicos
franceses e ingleses respectivamente.
126 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 152 (2021), pp. 123-128. ISSN 0212-467X