LA AERO-NAVEGACIÓN POR EL «OCÉANO DEL AIRE» Y LOS INICIOS DE LA...
España la Aviación Naval con Escuela Independiente y factoría propia de
construcciones de hidroaviones, y es de suma conveniencia el ponerla en ínti-mo
contacto con la Aviación militar, pues que en la línea de costa serán sus
objetivos frecuentemente comunes»6.
El 13 de octubre de 1919 se firmó en París el Convenio Internacional de
Navegación Aérea. Poco después, en la Gaceta de Madrid (núm. 330, 1919)
se publica el real decreto de 25 de noviembre, que declaraba la soberanía del
Estado español sobre el espacio aéreo que cubre el territorio nacional y sus
aguas territoriales; y en el Reglamento de Navegación Aérea Civil, aprobado
por real orden (Gaceta de Madrid núm. 334, 1919), se establecen las condi-ciones
para volar y aterrizar, respectivamente, en el espacio y territorios
nacionales. En el referido reglamento se establecen las zonas prohibidas para
la navegación en territorio nacional.
En la Gaceta de Madrid núm. 78, de 1920, se publica la real orden para la
organización y distribución territorial de las fuerzas y servicios de Aeronáuti-ca
Militar (Ministerio de la Guerra), que dividía a estos efectos el territorio
nacional en cuatro zonas o bases aéreas. En la imagen 1 se representan las
zonas o bases aéreas en conjunción con los departamentos marítimos.
En el ejercicio de dicha soberanía, el Estado publicaba el Reglamento de
Circulación Aérea referido, a cuyas regulaciones se tenía que ajustar el tráfico
aéreo en su totalidad, en el que se debía incluir la recién creada Aeronáutica
Naval, con los medios «aeromóviles» y los servicios de exploración sobre el
mar, con la particularidad de que estos servicios debían ser realizados por
personal que perteneciese a la Marina de guerra o que hubiese tenido una
instrucción especial.
La primera escuela práctica de aerostación naval
La historia de la aviación en Barcelona recibió un gran impulso con la
llegada, a primeros de enero de 1916, del aviador cántabro Salvador Hedilla
Pineda, piloto número 41 de España, que fue contratado como director técnico
y profesor de la «Escuela Catalana de Aviación» de la empresa Pujol, Coma-bella
y C.ía de Barcelona –fundadora del campo de vuelo de La Volatería, y
que se asociaría con Talleres Hereter, S.A.–. La escuela, pionera en su ámbito
en Cataluña, contaba con barracones para albergar los aeroplanos, un pequeño
taller para sencillas reparaciones y un aula para impartir clases teóricas7.
Diversas fueron las circunstancias que influyeron en la decisión de no
instalarse en el Mar Menor, cerca de la escuela que la Aeronáutica Militar
tenía en el aeródromo de Los Alcázares. En virtud de real orden de 29 de
(6) Ibídem, libro 691, Legislación Vigente en el Servicio de Aeronáutica Naval. Real
decreto creando la Aviación Naval, Imprenta del Ministerio de Marina, 1928, pp. 5 y 6.
(7) ARCE DÍEZ, Pedro: Salvador Hedilla. Un piloto audaz, Gráficas Eujoa, Ayuntamiento
de Arnuero, 20171, pp. 176-177.
REVISTA DE HISTORIA NAVAL 152 (2021), pp. 31-54. ISSN 0212-467X 35