Capacidades de combate,
razón de ser de la
Fuerza Aeroespacial
revista de aeronáutica y astronáutica / diciembre 2021
editorial 961
La sociedad española ha podido constatar el enorme
valor de la contribución del Ejército del Aire a la
acción del Estado en contextos tan diversos como la
evacuación de personal de Afganistán, las Operaciones
Balmis y Baluarte, o en otras misiones de carácter
permanente como el servicio de búsqueda y salvamento
(SAR), las operaciones aéreas de extinción de
incendios o las aeroevacuaciones.
La atención mediática que reciben estas acciones,
como parte más visible de lo que somos y de lo que
hacemos, «lo que se ve», no puede hacernos olvidar
que la razón de ser de nuestra Fuerza Aeroespacial es,
principalmente, «lo que no se ve», es decir, aquellas
capacidades que garantizan de forma discreta la seguridad
y defensa que España necesita.
Para este fin, el Ejército del Aire dispone de un robusto
sistema de vigilancia y control aeroespacial
que, integrado en el sistema de defensa aérea y antimisil
de la OTAN, proporciona centros de mando y
control, infraestructuras operativas, radares y aviones
de combate, las 24 horas, 365 días al año.
Este complejo y permanente sistema es la mejor
garantía de seguridad en un contexto geoestratégico
volátil y de creciente incertidumbre. España sigue
contribuyendo a la paz y la estabilidad gracias a la capacidad
de disuasión que genera junto a sus socios y
aliados.
La RAE define disuadir como «inducir o mover a alguien
a cambiar de opinión o a desistir de un propósito
». Podemos inferir que la disuasión militar requiere
disponer de las capacidades adecuadas y la voluntad
de emplearlas, y es evidente la insustituible aportación
del poder aeroespacial para que la disuasión sea
eficaz. Con este objetivo, el Ejército del Aire trabaja
diariamente en mantener a su Fuerza Aeroespacial
equipada, adiestrada y lista para actuar en cualquier
momento y lugar.
En caso de crisis o conflicto, las capacidades de combate
del Ejército del Aire proporcionan las mejores
opciones de respuesta por la rapidez, precisión, gradualidad
y proporcionalidad que ofrece el poder aeroespacial.
Y todo ello con una reducida huella logística,
minimizando el riesgo para el personal y evitando daños
colaterales.
Para disponer de una capacidad de disuasión y
respuesta creíble y eficaz es necesario contar con superioridad
tecnológica frente a los adversarios potenciales,
lo que requiere importantes inversiones que,
considerando su retorno en términos de seguridad,
resultan muy rentables para España.
Además, la mayoría de estas inversiones se realizan
en la industria nacional aeroespacial, por lo que participan
en el desarrollo económico, la competitividad
exterior de nuestra industria y el consiguiente beneficio
social en nuestro país. Conviene recordar que la
industria aeroespacial supone el 80 % de la industria
española de defensa y es una de las principales fuentes
de empleo de alta cualificación en España.
En el Ejército del Aire somos conscientes de la doble
importancia de invertir en la Fuerza Aeroespacial,
para garantizar nuestra seguridad y defensa y como
inversión en la industria aeroespacial nacional. Por
ello apostamos por el sostenimiento y desarrollo de
nuestra flota de C-16, espina dorsal de nuestra defensa
aérea, y consideramos prioritaria la sustitución de
los veteranos F-18A por Eurofighters de nueva adquisición
así como la actualización de los centros de mando
y control de Torrejón y Canarias.
Paralelamente se debe abordar el relevo de la flota
de F-5M, y de los F-18M, así como asegurar el mantenimiento
de las necesarias reservas de armamento,
o unas capacidades adecuadas de autoprotección y
guerra electrónica.
De esta forma, podremos asegurar una transición
óptima ante la llegada del Next Generation Weapon
System (NGWS), futuro programa tractor de la industria
aeroespacial europea en el que España participa
junto con Francia y Alemania, y al que el Ejército del
Aire está aportando su conocimiento y experiencia.
Se presenta ante nosotros, aviadores, el ilusionante
reto de poner en valor la contribución de la
Fuerza Aeroespacial, a la seguridad y defensa de
España. Por ello será clave mantener la eficacia de
nuestro sistema de vigilancia y control y disponer de
una adecuada capacidad de disuasión y respuesta,
aspectos esenciales para que los ciudadanos españoles
podamos disfrutar de un entorno seguro, requisito
indispensable para nuestro bienestar.