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Figura 3. Aproximación 360º a futuras crisis
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con otras naciones y organizaciones
afines, intentará mejorar los mecanismos
de alerta temprana, la comprensión
común de la situación y la capacidad
institucional. Esto subyacerá en
los procesos de toma de decisiones
en la sede de la OTAN, que se utilizará
cada vez más como una plataforma
donde se discutan y negocien los
intereses de los Estados miembros y
donde se habiliten canales bilaterales,
como puede ser para el asesoramiento
relacionado con amenazas
cibernéticas y la coordinación de la
respuesta.
Si bien el enfoque en la prevención ha
de seguir siendo primordial, la OTAN
debería, además, reducir los esfuerzos
de estabilización y reconstrucción
fuera del área. En el futuro, los recursos
dedicados a las CMO serán más
limitados por el mayor esfuerzo en
defensa colectiva y, sobre todo, por el
escaso apetito de las naciones para
emprender tales operaciones, dado
el alto coste económico y político que
suponen. Aun así, la OTAN debe estar
preparada para intervenir militarmente
si es necesario y si la ONU, como
organización líder en seguridad internacional,
lo legitima con mecanismos
de respuesta y capacidades de
planeamiento únicas. Sin embargo,
las intervenciones deberían centrarse
cada vez más en enfrentamientos
militares breves, con unos objetivos
y una estrategia de salida claros. La
cooperación con los socios de las organizaciones
regionales y del sur de
la OTAN (UE, UA) será fundamental
para proporcionar legitimidad y estabilidad
a largo plazo y limitar su compromiso
en los esfuerzos de reconstrucción.
La OTAN también puede desempeñar
un papel de apoyo a los actores
que den una primera respuesta a los
conflictos con el despliegue de capacidades
específicas donde sea
necesario. Un ejemplo es el intercambio
de información mediante la
utilización de medios como los Global
Hawk, con sede en Sicilia, o la
mejora del conocimiento de la situación
con el AWACS, como fue el caso
después de los ataques del 11-S en
los Estados Unidos.
Además, las crisis futuras también
requerirán un enfoque más híbrido y
por debajo del umbral del conflicto.
En un entorno híbrido, donde el Estado
de derecho y la atribución no
son lo suficientemente claros como
para desencadenar una respuesta
convencional, el papel de la OTAN
será disuadir y prevenir ataques de
tres maneras: mejorando la resiliencia
de la OTAN y la de sus socios,
promoviendo consultas entre aliados
y mostrando claramente las líneas
rojas.
LAS FUTURAS OPERACIONES
DE GESTIÓN DE CRISIS DE
LA OTAN EN TRESCIENTOS
SESENTA GRADOS
En la actualidad, sin duda, la OTAN se
enfrenta a desafíos cruciales, sobre
todo en los flancos este y sur. Este
apartado expone la posible contribución
de las CMO a la estabilidad de
áreas que son muy diferentes no solo
geográficamente, sino también en
términos de las amenazas que representan
y las respuestas que requieren:
Este, Oriente Medio y África.
ESTE
En Oriente, el principal desafío es
una Rusia resurgente y desafiante.
Los objetivos de la OTAN están vinculados
a su razón de ser: disuadir,