SECCIONES - PENSADORES ESTRATÉGICOS
EL MODELO BEZMENOV:
CÓMO CAMBIAR UNA
SOCIEDAD DEMOCRÁTICA
En 1984 se publica en Los Ángeles un
libro, de apenas cincuenta páginas,
escrito por Tomas Schuman y titulado
Carta de amor a América. En este libro
se describe el modelo de «subversión
cultural» (ideologización) que la Unión
Soviética estaba llevando a cabo en
diferentes países, incluyendo Estados
Unidos. Con el tiempo se conoció que el
autor era en realidad el alias de Yuri Bezmenov
86 / Revista Ejército n.º 971 • marzo 2022
(1939-1993), un desertor soviético
que abandonó su puesto en el KGB
consiguiendo asilo en Canadá en 1970.
Bezmenov expuso con vehemencia y
claridad cómo el KGB soviético trataba
de exportar la ideología comunista
al resto del mundo. Cuando se comparan
las fases del proceso descrito
por Bezmenov con la realidad actual
general europea y particular de Ucrania,
podemos llegar a la peligrosa conclusión
de que al menos una parte del
pensamiento soviético sigue anclado
en la actual política exterior de Moscú.
Según el autor, el proceso de ideologización
y cambio de una sociedad
objetivo incluye cuatro pasos
secuenciales.
PRIMERA ETAPA:
LA DESMORALIZACIÓN
Una de las características principales
que conforman las democracias
es que son un recipiente donde la defensa
de todas las ideologías es posible:
las buenas y las malas. Bezmenov
considera que esta fase dura entre 15
y 20 años que es el tiempo necesario
en subvertir una generación. El proceso
se considera irrevocable, pues se
necesitaría volver a educar a una nueva
generación, y no es fácil pues quien
lo tiene que hacer pertenecerá a aquella
generación que perdió los valores.
El autor establece tres niveles diferentes
de desmoralización: el nivel
de las ideas, el de las estructuras y el
de la vida. El autor argumenta que las
ideas rigen el Mundo. Así considera la
influencia sobre las ideas como el nivel
más alto de subversión y que afecta
a las áreas vitales de una sociedad
como son la religión, la educación, los
medios de comunicación y la cultura.
En relación con la religión, que establece
el marco moral en el que se desenvuelve
una sociedad, consistiría en
politizarla y comercializarla predicando
el relativismo y alejándola de las
escuelas para evitar que se asiente en
los ciudadanos del futuro. Bezmenov
pone como ejemplo el Consejo Mundial
de Iglesias afirmando que estaba
infiltrado por el KGB.
En cuanto a la educación, se perseguiría
una educación a las masas dirigida
por el Estado por encima del
reconocimiento de las habilidades
y de la calidad individual. La consecuencia
inmediata sería un retraso
en el desarrollo de la ciencia y la
tecnología.
Los medios de comunicación serían
también uno de los objetivos de
la desmoralización, empezando por
desacreditar a determinados autores
que podrían «molestar» y siguiendo
por hacer que la opinión pública centre
su energía (mental y física), dinero
y tiempo en noticias banales en lugar
de aquello que realmente es importante
para la Nación.
En el ámbito cultural se trataría de
crear una cultura de masas orientada
a romper la disciplina social y a oponerse
a todo tipo de autoridad. Con
el tiempo, los ciudadanos quedarían
hartos de esta anarquía social y buscarían
aquellos líderes que pusieran
orden, aunque ello supusiera la merma
de sus libertades individuales que,
obviamente, no recuperarían jamás.
El segundo nivel de la desmoralización
sería el conducente a socavar las