![](./pubData/source/images/pages/page76.jpg)
Antonio Varet Peñarrubia
Coronel de Artillería retirado
76 / Revista Ejército n.º 971 • marzo 2022
LA
PENITENCIA DE
SANCHO DÁVILA1
O EL
HONOR
DE UN
SOLDADO
A MODO DE INTRODUCCIÓN
Corría el año 1580. Se culminaba el
gran sueño de ochocientos años que
se había alentado durante toda la Reconquista
gracias a la política matrimonial
de los Reyes Católicos. El sueño
se había hecho realidad. Por fin
toda la península ibérica constituía
un único reino. Pero ¿cómo se llegó a
semejante triunfo?
Las luchas internas de la dinastía saadí,
reinante en Marruecos, dieron pie
a la intervención de Portugal, que decidió
apoyar a uno de los bandos de
aquella lucha fratricida. En 1578, el
rey don Sebastián2 organizó un potente
ejército que desembarcó en
Marruecos para enfrentarse al citado
linaje3 con el objetivo de apoyar al pretendiente
al trono Muhammad Al-Mutawakkil.
La batalla, conocida como de
los Tres Reyes o de Alcazarquivir4, fue
un completo desastre para el país vecino,
que acabó perdiendo a su joven rey
y a la inmensa mayoría de su nobleza.
Falto de monarca y mermadas sus clases
dirigentes, Portugal se encontró
con un inmenso vacío de poder que
debía cubrir con la mayor celeridad. La
crisis dinástica se solucionó, en principio,
con la proclamación, entre otros
pretendientes, de Felipe II rey de España
como monarca luso.
Felipe II era nieto del rey don Manuel
por línea materna, por lo que no parecía
un candidato muy bien posicionado
en la carrera por el trono portugués.
Sin embargo, contaba con el respaldo
de las clases dirigentes del país y del
alto clero, que veían la unión con España
como altamente provechosa para
sus intereses. Sin embargo, un nuevo
e inesperado nombre, apoyado por
el bajo clero y el pueblo llano, se abrió
paso entre los pretendientes: Antonio,
conocido como prior de Crato5, que
iba a hacer necesaria la intervención
armada de las tropas españolas para
afianzar el poder del rey de España en
Portugal.
SANCHO DÁVILA. EL
PERSONAJE
El protagonista de nuestro relato, de
grandes cualidades militares, nació en
1523 en la ciudad de Ávila y ya desde
muy joven se enroló en el ejército, en el
que llegó a ser, después de innumerables
campañas, lugarteniente del gran
duque de Alba. Entre sus muchas acciones
de guerra, destacó el golpe de
mano que facilitó el paso de las tropas
españolas por el río Elba en la batalla
de Mühlberg6 y que significó el triunfo
de las tropas imperiales. Tras la incorporación
de Portugal a la corona hispánica,
se le había encomendado el
mando del ejército de ocupación.
Sancho Dávila