![](./pubData/source/images/pages/page72.jpg)
Para 1620 la corona ya tenía obligaciones
de gasto que comprometían
los ingresos hasta 16256.
Con todos estos elementos, veamos
ahora las posibles estrategias que
se estarían planteando en Madrid.
Una primera opción sería simplemente
una ayuda financiera al Imperio
para levantar un ejército. Se trataría
de una opción de mínimos, una
opción tipo must en términos OTAN.
Una segunda alternativa sería apoyar
a Viena enviando un ejército propio
a Bohemia. Es una opción que
podría sumarse a la anterior. Dependiendo
de la entidad de las fuerzas
con las que se apoyara, se podría solicitar
una posterior ayuda al emperador
para el conflicto de Flandes. Ir,
ver y vencer sería lo deseable para
evitar la diversificación de los esfuerzos.
Podría ser una opción tipo
should en términos OTAN.
¿Qué entidad de fuerzas debía o podía
enviar España en apoyo a Viena?
Para entender este aspecto, tenga
en cuenta el lector algunos datos.
El ejército de Flandes, de quince mil
soldados en tiempos de paz, costaba
aproximadamente 2,3 millones
de ducados al año7. El presupuesto
anual de la corona española rondaba
por entonces los doce millones
de ducados. La plata americana le
proporcionaba a España unos ingresos
72 / Revista Ejército n.º 971 • marzo 2022
de unos dos millones de ducados
hasta 1617, fecha en la que comenzó
a disminuir. ¿Cuál sería, por
tanto, la entidad razonable de esta
fuerza española de apoyo al emperador?
¿Sería sensato, incluso, enviar
fuerzas?
DECISIONES EN MADRID
Una vez vistas las posibles opciones
de respuesta, podemos analizar
lo que realmente se decidió en Madrid.
Inicialmente, se enviaron doscientos
mil ducados para ayudar a
los primos austriacos, todo ello en
apoyo a las peticiones del embajador
español en Viena, el conde de
Oñate. Posteriormente, se aumentaría
esta ayuda hasta los quinientos
mil ducados8.
En abril de 1619, tomó forma lo que
hemos planteado como segunda opción
y España envió siete mil soldados
en apoyo al Imperio. Hasta octubre
de 1619, se enviaron otros quince
mil efectivos más9.
A finales de 1619, los acontecimientos
se precipitaban y afectaban al
contexto estratégico. Federico del
Palatinado aceptó el trono bohemio
que le ofrecieron los rebeldes, por lo
que el archiduque Fernando, recién
designado emperador en agosto
de 1619, tenía ya tres ofensas que reprimir:
Bohemia, Hungría y el Palatinado.
El feudo del elector palatino era un
territorio de sumo interés. Si se levantara
allí un ejército que marchara
a Bohemia, el feudo quedaría desprotegido
y una fuerza imperial podría
entrar fácilmente para debilitar al rebelde
Federico. En Viena se preguntaban
si un ejército católico podría invadir
este territorio. Primero negociaron
con Francia, pero los franceses no lo
veían claro. Únicamente ofrecieron
ayuda diplomática. Entonces, el emperador
buscó la opción española.
En esta situación, en Madrid se revisaban
conjuntamente las opciones
tanto para Flandes como para el Palatinado.
Respecto a Holanda, se dirimían
dos alternativas. La primera,
más prudente, planteaba que era conveniente
ayudar al emperador para
sofocar su revuelta. Una vez acabada
la rebelión bohemia, España, con ayuda
del Imperio, podría centrarse en el
escenario holandés, concentrando
sus energías. Aquí había lugar para
intervenir en el Palatinado. La segunda
opción, más directa, enfatizaba los
perjuicios de las hostilidades de los
holandeses en las Indias, que se dirigían
principalmente contra las colonias
portuguesas. Los defensores de
La sublevación de Bohemia