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del gobernador militar, el mariscal de
campo Juan de Mata Butler, para exigirle
su presencia en las casas consistoriales,
en cuyas galerías, en unión
con los regidores, se procedió a tremolar
el pendón de la ciudad repitiendo
tres veces la expresión: «¡Castilla,
Castilla, Castilla y Cartagena por
el señor don Fernando VII!». Eran las
nueve y media de la noche.
Finalizada la proclamación, se reunieron
las autoridades de la ciudad,
plaza y departamento con el fin de
constituir la Junta General, como solicitaba
el pueblo. Asistieron el capitán
general del departamento Francisco
de Borja, el teniente general Baltasar
Hidalgo de Cisneros, el comandante
general del Arsenal y jefe de escuadra
Nicolás de Estrada, el comandante
general del Real Cuerpo de Artillería
de Marina y brigadier Gabriel de Ciscar,
el alcalde mayor y el marqués de
Camarena la Real, coronel del Regimiento
de Infantería de Valencia. Una
de las primeras providencias que se
tomaron fue exigir al capitán general
que mostrase los pliegos que le habían
llegado el día antes de Madrid
por extraordinario y que ya estaban
en poder del teniente de navío Josef
Duelo para conducirlos a Mahón. Y
«efectivamente traídos y leídos ante el
pueblo, el cual, oyendo que se ordenaba
por ellos que la escuadra española
surta en dicho puerto pasase al
de Tolón, pidió que en su lugar se despachasen
otros, prohibiendo su salida
para los puertos de Francia y mandando
su restitución a este departamento.
Ejecutose esto en la misma noche,
y se disolvió la junta a las cuatro de la
mañana»4.
Entre los desmanes que esa misma
tarde cometió la multitud enloquecida,
el más significativo fue el de irrumpir
violentamente en el consulado de
Francia, causando en el edificio enormes
destrozos. Se arrancó y despedazó
el escudo de armas del consulado,
por lo que el cónsul Juan Bautista
Romain se vio obligado a huir y a refugiarse
en la corbeta de guerra dinamarquesa
Diana, que se encontraba
anclada en la bahía5.
LAS PRIMERAS
DISPOSICIONES Y EL APOYO A
OTRAS ZONAS
En la mañana del día 24, el pueblo
exigió que a las pocas horas volviera
a reunirse la junta y pidió la destitución
del gobernador militar y político
y del capitán general del departamento,
que fueron reemplazados respectivamente
por el coronel del Regimiento
de Infantería de Valencia, marqués
de Camarena la Real, y por el teniente
general Baltasar Hidalgo de Cisneros.
Todos prestaron el juramento exigido
por el pueblo y se formaron otras juntas
o comisiones particulares.
Las órdenes para el alistamiento emanadas
del capitán general de los reinos
de Valencia y Murcia no se hicieron esperar
y el día 28 ya estaban en poder
de la Junta de Gobierno las relaciones
de los individuos «capaces de llevar
las armas desde los de dieciséis años
hasta los cuarenta cumplidos»6. Por
tanto, a los diez días de la formación
de la junta, salieron con sus mandos
el Regimiento de Infantería Castilla,
el Regimiento de Suizos, las Milicias
Provinciales de Murcia y dos batallones
del Regimiento Valencia para formar
parte del ejército. También fue una
buena muestra de la rapidez con que la
guarnición de Cartagena se prestó a
Asesinato del general Borja Fernández Melero